"Esta clase de acciones explican completamente las dos caras de la política exterior japonesa y tienen un impacto negativo en la paz y la estabilidad en Asia-Pacífico", ha explicado el Ministerio de Exteriores chino en un comunicado.
"China, particularmente en los asuntos marítimos conflictivos, continúa actuando de forma autoritaria, incluyendo intentos coactivos para cambiar el statu quo, y está preparada para consumar sus demandas unilaterales de forma arrogante y sin compromiso", señalaba el documento.
El portavoz del ministerio, Lu Kang, ha defendido que todas las acciones chinas en las aguas responden a las leyes internacionales.
"Las islas Diaoyu han pertenecido a China desde tiempos antiguos… China seguirá tomando todas las medidas necesarias para salvaguardar su soberanía territorial y Japón no debería albergar ilusiones irreales", ha añadido.
Tema: Disputa entre Japón y China por las islas Senkaku (Diaoyu)
La redacción del documento se retrasó porque el primer ministro, Shinzo Abe, había exigido que se acentuasen las críticas a China.
Las reacciones chinas al documento son apenas un entrante, dio a entender el Ministerio, que esperará a la publicación completa del Libro Blanco para darle "la respuesta necesaria".
La prensa oficial china ha guardado una prudente moderación sobre el informe, cuando en otras ocasiones similares han publicado incendiarios editoriales contra Japón.
La explicación podría estar en la rumoreada reunión de los líderes de ambos países en septiembre.
