La votación, que se espera para el viernes y tendrá lugar en medio de cierta tensión política y social, definirá el futuro político de la excolonia y su resultado podría estimular protestas ciudadanas como las que el pasado año bloquearon durante 79 días algunas de las principales calles de la excolonia.
La reforma prevé que por primera vez el líder político sea elegido por la población, pero solo después de que un panel próximo a Pekín haya filtrado las candidaturas.
Ese sistema ha sido calificado como "falsa democracia" por algunos diputados y por los hongkoneses que el pasado año tomaron las calles.
En caso de que no fuera aprobado —la reforma requiere el voto de dos terceras del Legco (Parlamento)-, seguiría vigente el actual sistema, por el que un comité elige al líder político.
La sociedad hongkonesa, una de las más avanzadas y pragmáticas del mundo, está dividida sobre el asunto, según ha mostrado una macroencuesta de tres universidades locales.
Según ésta, el 47% de los encuestados apoya la propuesta, mientras el 38% se opone y el 15% se muestra indeciso.
Hasta 5.000 agentes de policía se mantienen en guardia para evitar que los conflictos se repitan en los aledaños de la sede del Legco, según la prensa local.
Hasta ahí se han acercado esta mañana seguidores de ambos bandos, unos con cánticos contra la "falsa democracia" y otros con banderas chinas y haciendo sonar el himno nacional a través de altavoces.
La tensión se ha incrementado en la excolonia después de que esta semana la policía detuviera a diez personas "sospechosas de conspiración y fabricación de explosivos" y se incautara de material para elaborar bombas.
Las autoridades han calificado al grupo de "radical" y señalado que buscan mayor independencia para Hong Kong.
La oposición ha asegurado que la operación forma parte de una campaña de desacreditación y negado que hubieran escuchado hablar de ese grupo antes de su detención.
