Fan Liqing, portavoz de la oficina de asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, ha dicho que esa victoria pertenece a toda la nación y que los taiwaneses serán bien recibidos.
La cancillería había anunciado a principios de marzo el desfile militar en Pekín con el "objetivo de recordar a todas las personas de buen corazón las aspiraciones de conseguir la paz y evitar que se repitan tragedias similares vividas por la humanidad".
La portavoz ha reiterado la voluntad de Pekín de dialogar con cualquier grupo político taiwanés que respete el consenso de 1992, que estipula que la China del interior y la isla forman parte de un solo país.
China considera Taiwán una parte de su territorio y la ha amenazado si declara formalmente su independencia.
Taiwán opera de forma autónoma desde que los nacionalistas que perdieron la guerra civil contra los comunistas de Mao se refugiaran allí en 1949.
El recordatorio del consenso parece una advertencia ante la nueva situación política que asoma en la isla.
El Gobierno del Kuomintang ha favorecido en los últimos años un acercamiento entra Pekín y Taipei, con la firma de importantes tratados económicos y comerciales.
Pero las protestas sociales contra la creciente influencia de Pekín se han multiplicado en los últimos meses y en las elecciones de 2016 podría alcanzar el poder el Partido Democrático, de posturas más alejadas a la China del interior.
"Con la nueva situación y los nuevos problemas que han surgido en el último año en Taiwán, es crucial para la China del interior reiterar nuestra postura básica en el desarrollo pacífico a través del reconocimiento del consenso de 1992", ha dicho Xu Shiquan, vicepresidente de la Sociedad Nacional de Estudios Taiwaneses, al diario Global Times.
El presidente chino, Xi Jinping, ha alertado que los movimientos independentistas taiwaneses son la mayor amenaza a la paz y estabilidad en las relaciones con Taipei.
