Un vuelo entre Beijing y la Chengdu salió más de dos horas tarde porque varios pasajeros se enzarzaron en una violenta pelea por los asientos, según ha publicado el diario Beijing Youth Daily citando a un internauta que estaba en el avión.
El vuelo, que debía despegar a las 11 de la noche, no lo hizo hasta la 1 de la mañana. La intermediación del personal de la aerolínea no pudo calmar a los pasajeros, sostiene el usuario.
El diario no identifica a la compañía, pero cita a uno de sus trabajadores asegurando que la pelea retrasó el cierre de la compuerta del aparato.
En el otro caso, los pasajeros del vuelo de Air China entre Seúl (Corea del Sur) y Chongqing han denunciado en las redes sociales que hubieron de esperar en la zona de embarque varios minutos hasta que llegó una azafata cargada con bolsas de compras.
La compañía ha desmentido al diario Beijing Times que su trabajadora llegase tarde y que el vuelo hubiera de retrasarse, pero un pasajero publicó en las redes sociales que el personal de la aerolínea le había reconocido que esa era la causa de la demora. Su comentario en su cuenta de Weibo (el twitter chino) fue borrado después.
El sector aéreo chino está en auge debido a la creciente clase media que cada vez lo utiliza más.
En los últimos años es fácil encontrar en las redes sociales y la prensa local los conflictos protagonizados por pasajeros chinos.
Los medios nacionales llamaron "bárbaros" a los turistas que obligaron en diciembre a regresar a Bangkok a un vuelo de la aerolínea Thai AirAsia después de que se enredaran en una tumultuosa pelea por unos asientos y una joven le tirara a la azafata un vaso de agua hirviendo.
Dos mujeres que agredieron a una madre porque su hijo no dejaba de llorar y un hombre que intentó abrir la salida de emergencia minutos antes de aterrizar porque "necesitaba aire fresco" han generado otros conflictos recientes.
El Gobierno reparte regularmente trípticos a sus turistas con instrucciones básicas de civismo y la televisión pública ha emitido programas educacionales.
