Zhao Zhihong fue sentenciado a muerte por el Tribunal Popular Intermedio de Hohhot (provincia de Mongolia Interior) y a pagar dos multas que suman más de 150.000 yuanes (24.000 dólares) por la violación y asesinato de diez mujeres y niñas entre 1996 y 2005.
Entre ellas figura la que provocó la sentencia a muerte de Huugjilt, un adolescente mongol de 18 años, a quien la justicia china declaró recientemente inocente después de la larga lucha de sus padres.
Su familia recibió la semana pasada una compensación de dos millones de yuanes (320.000 dólares) del Gobierno chino por la cadena de errores que acabó en la ejecución de su hijo.
Trial of serial rapist and murderer Zhao Zhihong began Mon. Zhao confessed to be murderer in Huugjilt case. pic.twitter.com/P0GdMespuW
— People's Daily, China (@PDChina) January 5, 2015
Los padres fueron invitados hoy a la lectura de la sentencia contra Zhao, según el diario China Daily.
Este había sido capturado en 2005 y confesó sus crímenes, pero la Justicia china no reabrió el caso de Huugjilt hasta el pasado año.
Huugjilt había defendido en un principio su inocencia en la violación y asesinato de una mujer en los aseos de una fábrica pero acabó confesando después de dos días de interrogatorio policial.
El joven fue ejecutado apenas dos meses después de la sentencia.
El tribunal anuló la anterior sentencia al comprobar que la confesión de Huugjilt sobre cómo había violado y asesinado a la mujer era incompatible con el informe de la autopsia y que tampoco coincidía su descripción sobre la apariencia de la víctima ni su acento.
La sentencia del joven mongol se produjo durante una campaña de dureza judicial y policial contra el crimen.
Los detectives que investigaron el caso han admitido que en esos momentos se estaba examinando su porcentaje de eficacia en la resolución de crímenes.
Los castigos ilegales y los incentivos para capturar a sospechosos no eran raros en las investigaciones, han aclarado.
La Oficina de Seguridad Pública anunció en diciembre que había creado un equipo para investigar a los policías, fiscales y jueces que intervinieron en el caso.
Zhao Jianping, un alto cargo judicial de la provincia de Mongolia, fue el encargado de anunciar la sentencia de inocencia en diciembre y mostró sus profundas disculpas a los padres de Huugjilt.
Las condenas erróneas no son raras en el sistema penal chino. Ha habido casos en que los tribunales han ejecutado a reos después de que estos confesaran haber matado a alguien que después reaparecía.
Los observadores denuncian que detrás de muchas de las confesiones está la tortura.
China ha dado pasos decididos en acabar con ella, como la instalación de cámaras en las comisarías o limitar la importancia de la confesión como prueba.
En contra de los esfuerzos de Pekín juega la presión que sufren las autoridades regionales para resolver todos los crímenes cometidos.
