La boda de chinos con mujeres de países del sudeste asiático a través de casamenteras es una tendencia al alza debido al desequilibrio entre géneros en el gigante asiático.
Los hombres del condado de Quzhou (provincia de Hebei) habían pagado alrededor de 100.000 yuanes (unos 16.000 dólares) a Wu Meiyu, una vietnamita que ejercía de intermediaria y era bien conocida en la zona después de haber vivido casi dos décadas.
Pero el 20 de noviembre, las esposas dijeron a sus maridos que tenían una comida con el resto de mujeres vietnamitas y nunca más regresaron.
Cuando los hombres fueron al hogar de Wu para exigir explicaciones se encontraron que ésta también había desaparecido y su único familiar alegó que había regresado a Vietnam para gestionar los visados.
Un funcionario apuntó a una "banda organizada" y explicado que "con las avanzadas técnicas de comunicación actual fue fácil para las esposas haberse ido todas el mismo día".
Sólo una mujer regresó, según el diario Jinghua Daily. Explicó a la policía que tras la comida "perdió la conciencia" y despertó en una pequeña casa donde le dijeron que podía ir a cualquier otro sitio para buscar un nuevo marido.
La mujer escapó de la casa y regresó a su hogar para denunciar lo ocurrido.
La compra de esposas es habitual en algunas zonas rurales de China donde el desequilibrio de géneros es aún más acusado.
La milenaria preferencia por los vástagos masculinos y los abortos selectivos han conducido a uno de los desequilibrios de géneros más acusados del planeta: por cada 100 mujeres hay 118 hombres.
Se calcula que en 2020 habrá un superávit de 24 millones de hombres entre 20 y 44 años, según la Oficina Nacional de Estadísticas. El excedente será de 44 millones de hombres en 2040.
El Gobierno, siempre anticipándose a las tensiones sociales, teme el descontento de ese ejército de hombres condenados a incumplir el deber confuciano de dar nietos a sus padres y perpetuar la línea del apellido.
El escenario también anticipa el aumento de la prostitución, de los crímenes violentos o del secuestro de mujeres para ser vendidas como esposas.
Al desequilibrio demográfico se añade la pobreza en las zonas rurales, donde se espera del hombre que provea de un cierto nivel de vida a su esposa.
Entre coche y casa, el diario China Daily asegura que son necesarios 400.000 yuanes para atraer a una novia china.
Eso estimuló la importación de mujeres de otros países del entorno, sobre todo de Vietnam, Camboya y Myanmar, a menudo en casos de tráfico ilegal de personas.
Las autoridades detuvieron el pasado mes a una banda de traficantes que trasladaba a China a mujeres y niñas birmanas para ser desposadas.
