Aunque la campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping provocó un flujo constante de condenas, los tribunales tienden a fijar la cadena perpetua como la mayor pena.
La última ejecución de un funcionario por corrupción fue en 2011 y afectó a un vicealcalde de la ciudad de Hanzhou que había cobrado sobornos de casi 200 millones de yuanes (32 millones de dólares).
Esta vez fue Zhang Xinhua, antiguo gerente de la compañía estatal Baiyun, dedicada a la agricultura y la industria, quien fue condenado a muerte por desfalco y cobro de sobornos, según el diario Shanghái Daily.
Un tribunal de Guangzhou señaló que Zhang se apropió desde 2003 de hasta 280 millones de yuanes (45 millones de dólares) de fondos de la empresa y cobró sobornos por valor de 95 millones de yuanes (15 millones de dólares).
Zhang ofrecía ayudas ilegítimas a los particulares y empresas que compraban tierras a Baiyun o que colaboraban en la industria inmobiliaria.
También creó dos empresas a su nombre a las que transfería tierras y propiedades de Baiyun a través de la falsificación contable.
La sentencia, contra la que apeló el condenado, también ordena la confiscación de todos sus bienes y su regreso al Estado.
"La corrupción de gente como Zhang Xinhua ha causado significativas pérdidas al país y puesto en peligro los principios morales básicos del público", explicó el juez sobre la sentencia.
El juez continuó, citado por la agencia de noticias Xinhua, que deben "castigar con firmeza y severidad los crímenes de aquellos que se aprovechan de su cargo, que tienen una naturaleza vil y que causan un gran daño".
La condena llega un día después de que Liu Tienan, un alto funcionario que encabezara el mayor cuerpo de planificación estatal, fuese condenado a cadena perpetua por el cobro de millonarios sobornos.
