Estilo de vida

España lidera la revolución Instagram: "Ha cambiado la industria de la moda y la belleza"

Instagram vive su mayor crisis reputacional como parte de Facebook. A pesar de sus efectos negativos en millones de adolescentes, la red sigue creciendo entre los jóvenes, con España a la cabeza. Esto propicia nuevos cánones de belleza y nuevas relaciones sociales con muchas luces, pero también, con mucho filtro que tapa sombras.
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Instagram ha pasado un cumpleaños fatídico. Sus impulsores —Kevin Systrom y Mike Krieger— no podrían haber imaginado las dimensiones de su App a los 11 años. Instagram es la red visual por excelencia y ya ronda los 1.386 millones de usuarios en todo el mundo. La red no para de crecer y gran parte de culpa la tienen los jóvenes españoles.
El universo de Mark Zuckerberg adquirió Instagram en abril de 2012. Dos años antes, el 6 de octubre de 2010, Instagram nacía como red de imágenes, fusionando los conceptos 'telegrama' e 'instantánea' con aires retro estilo Polaroid. Derivaba del sistema de geolocalización Burbn, donde el consumo mayoritario eran las imágenes. Así que Systrom y Krieger fortalecieron esa faceta. Instagram nació como un espacio para aficionados a la fotografía. Hoy es un punto de encuentro mundial.

"Instagram ha sido una revolución que ha estado en constante evolución desde su nacimiento, pasando de ser una red para registrar dónde habías estado a un lugar en el que compartir, crear, hacer negocios e, incluso, crear profesiones".

Eduardo Cruz
CEO de Qustodio, la plataforma líder en seguridad online y bienestar digital para las familias
Qustodio analiza el comportamiento de Instagram en las redes en el último año en España, Reino Unido y Estados Unidos para concluir que el consumo de redes sociales ha aumentado un 76%. Instagram ha crecido también en el último año, aunque entre el público joven, ha cedido el liderato a TikTok. "En la actualidad Instagram se enfrenta al reto de competir con TikTok y cumplir con las expectativas de las generaciones Zeta y Alfa", valora Cruz.
"Toda una gran mentira": ni te imaginas cómo funciona el mundo oculto de Instagram…

Un cumpleaños chafado

La caída de 6 horas de las redes del lunes negro de Facebook vino a la par que otro huracán en el universo Zuckerberg. Este huracán tiene nombre de mujer: Frances Haugen.
"Han engañado al público de forma repetida sobre lo que su propia investigación [de Facebook] revela acerca de la seguridad de los niños, la eficacia de su inteligencia artificial y su papel para expandir mensajes divisorios y extremistas", desvela Haugen, responsable de producto desde 2019 en Facebook.
La exempleada había realizado previamente filtraciones a The Wall Street Journal sobre los efectos de la red en adolescentes, "un 32% de chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram les hace sentir peor".
El testimonio de Haugen ante el subcomité de Protección al Consumidor, Seguridad de Productos y de Datos de la Cámara Alta estadounidense para tirar de la manta, por el momento, tiene mucho de escenificación y poco de carga legal. Pero ya ha propiciado la mayor crisis reputacional de redes como Instagram. Zuckerberg ha perdido más de 5.000 millones de euros por los movimientos en bolsa tras las fatalidades.

100 minutos cada día para consumo visual

Pero la ola de las redes no deja de alzarse y mucho menos la de Instagram. Con un incremento del 41%, España es el país en el que el consumo de Instagram más ha crecido entre los jóvenes en el último año, frente a 24% de Reino Unido y 11% de Estado Unidos. Con los estragos de la pandemia y el aumento del consumo digital a nivel global, los jóvenes pasan 58 minutos/día instagrameando, en España, la última media es de 100 minutos/día .
Con 11 años es una de las mayores redes sociales del mundo. Pero con el tiempo, Instagram ha perdido cierto aire de instantaneidad o espontaneidad. Con sus filtros y algoritmos propicia la visualización de contenidos que, finalmente, confeccionan un patrón de comportamientos en redes sociales y la visibilización de un canon de belleza.
"El problema de Instagram es que instaura el juicio comparativo contabilizado por likescomo una manera de relacionarnos. Eso se traduce de una autoexigencia constante y en la creación de un personaje en redes que oculta a la persona real", reflexiona Buenaventura del Charco, psicólogo sanitario y filósofo.
Buenaventura del Charco en su estudio
Para el autor del exitoso libro Hasta los cojones del pensamiento positivo, el peligro de Instagram para los jóvenes es la insatisfacción que provoca el compararse a uno mismo con lo que ve en la red. "Pero lo que vemos es una realidad adulterada, es imposible que nuestro día a día salga ganando, eso lleva a la frustración, a salir malparados en esa relación del yo y los demás a través de Instagram".
Modelos sociales que antes solo veíamos en revistas de moda o sociedad, hoy están a mano, en nuestro móvil, dónde podemos tunear una foto y hacer de un café con churros en una tendencia culinaria, o convertirnos en modelazos forzando el postureo.

Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta gustar?

"El mejor reclamo para el like en Instagram es el corporal. Las interacciones son cada vez más básicas", señala Del Charco.
Facebook implicaba un post, Instagram llevó el peso de la interacción a la foto, quitándoselo al texto y TikTok va un paso más. "No importa el contenido, es una cuestión estética", advierte Del Charco, que señala la sexualización de los cuerpos en la red como síntoma.
Las redes se valen de "códigos genéticos" integrados en nuestro patrón de conducta. "Desde un punto de vista darwinista, como cazadores débiles, hemos evolucionado para integrarnos en la tribu. Si no eras aceptado morías porque eras débil. Las redes explotan nuestro cerebro evolutivo por esa necesidad de aceptación en la comunidad, al igual que cuando explotan el sexo como reclamo, algo inherente a nuestra biología".

"Instagram ha cambiado la industria de la moda y la belleza"

La influencia de Instagram se palpa de muy diversas formas.
"Antes una agencia de modelos te enviaba las medidas y el peso y estatura, hoy otra cifra esencial es el número de seguidores que tiene", cuenta a Sputnik Juan Delgado, uno de los retratistas de moda y sociedad de referencia en Andalucía.
Tras 15 años en el negocio, Delgado advierte que hay una tendencia a unificar el "código visual", por ser Instagram el marco de referencia social de fotografías y momentos. "Con el tiempo, la gente hace suyas las poses y los filtros de Instagram, y eso hace que la fotografía tienda a parecerse a lo que se ve en Instagram, que tiene un código muy determinado".
Como hecho positivo, la influencia de Instagram ha abierto la fotografía de moda y eventos a más espontaneidad y frescura, "para propuestas como la mía, más informales y juguetonas, eso es bueno".
Tecnología
¿Los filtros faciales de las selfies están perjudicando a las adolescentes?
Pero también ha habido cambios en el estándar de belleza: por un lado, "ha democratizado los cánones existentes, porque ciertos rostros y cuerpos son respaldados directamente por los likes de la gente". Eso se traduce en modelos más diversas, más colores de piel, más imperfectas, más curvys
Pero esto tiene un anverso: la democratización de Instagram acarrea más curvas en las fotos. "Lo cierto es que la validación por likes de ciertas fotos hace que, al final, las más respaldadas sean las que tienden a la sexualización, con poses que impactan más que una simple cara bonita". De hecho, Instagram es la rampa de despegue hacia espacios de contenido para adultos explícitos como OnlyFans.
Más allá de si estamos ante la mercantilización de la belleza por likes, o ante la naturalización de la sexualidad, Instagram puede provocar un discurso opresivo para muchas personas, como ha denunciado la exempleada Frances Haugen. Pero la bondad de la red es que permite parodias y reflexiones sobre su propia crueldad y sobre la tiranía de la belleza de esta red.
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