"México reconoce que existe una situación humanitaria importante y difícil en este momento. Y, por lo tanto, estamos brindando una respuesta humanitaria que consiste básicamente en ofrecer una posibilidad para que la gente solicite el estatus de refugiado en México", dijo Gutiérrez.
Añadió que "también se ha trabajado para ofrecerles y reforzar un programa donde realmente tienen oportunidades de empleo en México (…) Y eso es precisamente en lo que estamos enfocados en este momento".
"No creo que ningún lado, no creo que los países centroamericanos, México o EEUU puedan estar satisfechos con lo que está pasando. Esta es una llamada de atención de que necesitamos trabajar juntos tanto como podamos para abordar la inmigración y asegurarnos de que la inmigración sea legal, segura y ordenada. Y eso es precisamente lo que estamos haciendo", dijo el embajador.
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Unos 40 autobuses con migrantes han ingresado al estado mexicano de Sonora (norte), y se dirigen a la ciudad de Tijuana, donde ya se han reunido más de 2.000 migrantes con la esperanza de cruzar a EEUU y pedir asilo.
La caravana partió desde Honduras hacia México y EEUU el 13 de octubre con unas 1.500 personas y miles más se fueron uniendo en el camino.
La ONU estimó antes de la llegada a México que la caravana estaba compuesta de unas 7.000 personas.
El 19 de noviembre, funcionarios de inmigración de EEUU suspendieron todo el tráfico en dirección norte en los cruces de frontera en California para instalar barreras de seguridad adicionales ante la llegada de los migrantes.