"Estamos muy contentos por este acuerdo, es un hecho muy significativo para el Gobierno del presidente Sebastián Piñera", dijo en conferencia de prensa el ministro de Justicia, Hernán Larraín.
Durante cuatro meses, las distintas agrupaciones de gendarmes de Chile negociaron infructuosamente con el Gobierno para exigir mejoras en sus condiciones laborales, entre ellas: descriminalización de su labor, hacer más expedita la carrera funcionaria y mejora en infraestructura de las cárceles.
El 8 de noviembre el paro se radicalizó, y los gendarmes decidieron bloquear los accesos del Centro de Justicia de Santiago y de la cárcel de esa misma ciudad, impidiendo el ingreso de los imputados.
Tras una tensa jornada, donde incluso los gendarmes estuvieron a minutos de enfrentarse con las Fuerzas Especiales de Carabineros (policía militarizada) que se aprestaban para romper el bloqueo, este 9 de noviembre el Gobierno hizo un ofrecimiento que los gendarmes aceptaron.
El ministro explicó que el acuerdo se basa en tres pilares fundamentales: mejora en la carrera funcionaria, infraestructura y equipamientos adecuados.
"Nosotros queremos que Gendarmería sea una institución querida y respetada por todos los chilenos, y desde el primer día de gestión de este Gobierno ha sido un acto voluntario el buscar los mejores medios para alcanzar la mayor dignidad de los trabajadores penitenciarios", dijo Larraín.
También acusan que Gendarmería es visto como la rama "más descuidada" de las Fueras Armadas, alegando que los principales beneficios estatales se concentran en Carabineros, la Fuerza Área, la Armada y el Ejército.
Por último, sus solicitudes también apuntan a que su labor se "criminaliza", debido a que muchos gendarmes son sancionados e incluso, enjuiciados cuando realizan acciones para poner orden dentro de las cárceles.
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Las medidas propuestas por el Gobierno empezarán a aplicarse a partir del año 2019, anunció el ministro.