Para Regiane Bressan, profesora de Economía y Negocios y Relaciones Internacionales, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), Bolsonaro y su equipo ya han dado muestras suficientes de un "posible distanciamiento" con los países del grupo BRICS y en general con todo el hemisferio sur y las economías en vías de desarrollo.
Mourão no citó ningún país en concreto, pero pocos días después, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, aprovechó la felicitación a Bolsonaro en su victoria en la primera vuelta para advertir que Brasil se equivocaría si se aleja del BRICS.
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El mandatario sudafricano también reconoció que su país "estaba más cerca" de Brasil en los años en que gobernaba el Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y Dilma Rousseff (2011-2016).
Bressan subrayó que aún es pronto para sacar conclusiones sobre las ideas que Bolsonaro tiene de la actuación conjunta del bloque BRICS, y confió en que el cuerpo diplomático del ministerio de Relaciones Exteriores le "ayude" a ver lo que es interesante para Brasil, sobre todo teniendo en cuenta que dentro de unos meses el país acogerá la cumbre con todos los jefes de Estado del grupo.
China
Por su parte, la profesora Cristina Martins dos Santos, especialista en integración regional de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro, coincide en que es probable que a mediano plazo la visión pragmática se imponga sobre los comentarios más ideológicos.
En su opinión, el peso económico de Rusia, y sobre todo de China en el bloque es lo que podría "salvar" al grupo y hacer que continúe siendo atractivo a ojos de Bolsonaro, ya que el país asiático es el principal socio comercial de Brasil.
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Según datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil, el país exportó a China por valor de 47.488 millones de dólares, mientras que las importaciones desde el país asiático fueron de 27.321 millones de dólares.
A pesar de ello, algunas palabras del político ultraderechista generaron algunos roces diplomáticos.
Bolsonaro criticó en diversas ocasiones la desmesura de las inversiones chinas, por ejemplo en la compra de terrenos agrícolas, porque en su opinión se pone en riesgo la soberanía nacional y alimentaria.
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En cualquier caso, las analistas consultadas por Sputnik descartaron que Brasil abandone bruscamente el bloque o su participación en instrumentos que fueron creados recientemente, después de muchos años sin avances concretos.
El NBD inauguró su sede central en la ciudad china de Shangai en 2015, y hace tres meses, en la décima cumbre del BRICS, que tuvo lugar en Johannesburgo (Sudáfrica), el actual presidente brasileño, Michel Temer, llegó a un acuerdo para que la sede regional del banco en América, cuya inauguración está prevista para el próximo año, se instale en la ciudad brasileña de Sao Paulo.
