"En 2016, la tasa llegó a 5,8 por cada 100.000 habitantes, con una notificación de 11.433 muertes por esta causa", informó el ministerio en un comunicado.
Para ello, el Gobierno brasileño reforzó en el último año los proyectos de las Redes de Atención Psicosocial (Raps) en las seis ciudades con los índices más altos de suicidio, y amplió el servicio del teléfono gratuito de prevención, según el citado ministerio.
El número del Centro de Valorización de la Vida (CVV), el 188, recibió en 2017 dos millones de llamadas de brasileños en busca de ayuda, el doble que en 2016, y para este año se espera que sean 2,5 millones de llamadas.
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El Gobierno brasileño considera que la divulgación y análisis de datos es clave para disminuir el estigma en las personas que intentan quitarse la vida y ayuda a identificar mejor las causas y a mejorar las acciones de salud pública.