El coordinador principal del proyecto, Bruno Pereira, aseguró que el objetivo de los investigadores era prevenir delitos contra los indígenas y garantizar la seguridad en sus territorios.
"Funai lleva un largo rato cumpliendo con la tarea. Tenemos un departamento destinado a monitorizar la vida de las tribus indígenas aisladas. El grupo científico atravesaba tierras y ríos durante unos días para hacer acopio de pruebas de que la comunidad vive en buenas condiciones", indicó.
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El experto agregó que distintos grupos de indígenas aislados viven en el territorio desde hace mucho. No obstante, esta ha sido la primera vez que lograron capturar imágenes desde tan cerca.
Bruno Pereira precisó que los científicos no han mantenido contactos directos con las tribus para no hacerles daño.
"Los contactos directos son extremadamente peligrosos, ya que los indígenas no saben qué es Funai, al igual que no saben incluso quiénes son periodistas o panaderos. La gente desconocida también puede recordarles a un enemigo, de manera que es peligroso acercarse a ellos", contó.
Para concluir, Pereira resaltó lo importante que fue cambiar la actitud acerca de los contactos con los aborígenes, adoptada en 1987. Según dichas normas, todos los investigadores empezaron a tratar a las tribus con respeto, sin violar su autonomía.
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