"A veces los trámites pueden alargarse dos o tres días, y los inmigrantes se ven obligados a dormir en la intemperie", explicó a Sputnik el coronel Antonio Zanatta, quien lidera la construcción de este alojamiento temporal, que previsiblemente estará listo a mediados de septiembre.
El portavoz del Ejército puntualizó que no se tratará de un albergue, sino de un lugar de paso: cuando tengan listos sus documentos los inmigrantes deberán marcharse.
Estas nuevas carpas conformarán el primer lugar en que los inmigrantes venezolanos podrán dormir nada más entrar en Brasil.
Hasta ahora muchos dormían en las calles del centro de Pacaraima, donde llegaron a contabilizarse 300 tiendas de campaña, además de los que dormían directamente en el suelo o refugiados en los portales de las casas.
La aglomeración incontrolada de personas, según el militar, fue uno de los factores que generó descontento social en este pequeño pueblo y acabó motivando el ataque xenófobo del pasado 18 de agosto, que tuvo como inicio el robo y agresión a un comerciante brasileño por parte de venezolanos.
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Un grupo de brasileños quemó decenas de las tiendas en que dormían los venezolanos, además de sus pertenencias, comida, documentos, lo que provocó que unos 1.200 de ellos cruzaran la frontera de regreso a Venezuela, habiendo perdido lo poco que llevaban consigo.
Interiorización
Otra de las nuevas iniciativas que el Gobierno brasileño está estudiando junto con las Fuerzas Armadas para paliar la situación de los inmigrantes en Pacaraima es llevar a cabo una "pequeña interiorización".
La intención es descongestionar este estado fronterizo, donde vive la gran mayoría de venezolanos que entraron en Brasil; pero el problema es que muchos ni siquiera consiguen llegar a Boa Vista, que está a 215 kilómetros de Pacaraima (la frontera).
"Estamos estudiando hacer la interiorización aquí (en Pacaraima), pero tenemos que verlo bien; lo que no queremos es hacer una interiorización descontrolada y volver a llenar las calles de Boa Vista de gente otra vez", remarcó Zanatta.
Durante muchos meses las calles de Boa Vista estuvieron repletas de inmigrantes, que sin un lugar al que ir se veían abocados a la mendicidad; la situación ahora está más ordenada, por lo que los militares no quieren trasladas a la capital la congestión que ahora vive la frontera.
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Algunos de ellos caminan durante días por la carretera y otros se quedan en la localidad hasta que consiguen juntar el dinero suficiente.
"Por el momento nosotros sólo hemos trasladado a inmigrantes desde la frontera de Pacaraima hasta Boa Vista en casos de mucha necesidad, cuando hemos visto condiciones de extrema vulnerabilidad", afirmó el coronel.
En esos casos puntuales se aprovechaban viajes de los militares hasta la capital para llevar a los venezolanos, y la idea es que ahora eso pueda ser algo fijo.
Según el operativo conjunto de la Operación Acogida (que integran el Ejército, el Gobierno brasileño y las agencias de la ONU que atienden a migrantes y refugiados) cada día atraviesa la frontera una media de 500 personas.