"Lo ocurrido el día de ayer (4 de agosto) en términos legales es un magnicidio casi genocidio frustrado", expresó Arreaza durante una reunión, desde la sede de la Cancillería en Caracas, con el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela.
"¿Qué es lo que quieren que ocurra en Venezuela? El caos, la muerte, la sangre y la destrucción", indicó.
De igual manera, pidió al Gobierno estadounidense la cooperación para que las autoridades de esa nación pongan "tras las rejas" a los ciudadanos involucrados en el atentado contra el mandatario venezolano, y que aseguran viven en el estado de Florida (sur).
"Quiénes tenían duda de la conspiración aquí tienen otra prueba más, ojalá se puedan abrir los canales de diálogo con la oposición, con el Gobierno de Estados Unidos y no que el día de mañana cataloguen de 'santos' a los autores de este acto de terrorismo", sostuvo.
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El propio mandatario resultó completamente ileso, mientras siete militares de la guardia nacional resultaron heridos en el suceso. Maduro responsabilizó del ataque a la "ultraderecha venezolana" y al presidente saliente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuyos representantes rechazaron la acusación por infundada.
El ministro venezolano del Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó horas antes sobre la detención de seis implicados en el atentado.