El procurador general del Ministerio Público Estadual, Eduardo Ciotola Gussmen, aceptó la petición del opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL) para investigar a Crivella y puntualizó: "Quiero dejar claro que el Ministerio Público no tiene nada contra los evangélicos; lo que no puede ser es que la administración otorgue privilegios a un determinado grupo o segmento religioso", según declaraciones recogidas por el diario local O Globo.
En la reunión, el alcalde carioca aseguró que había que aprovechar el tiempo en que estuviera al mando de la ciudad para "cuidar" de las iglesias y les prometió beneficios específicos, como colar a sus fieles en las listas de espera para operarse de cataratas en los hospitales municipales o la exención a la hora de pagar determinados impuestos.
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Al margen de la investigación abierta por la Fiscalía el diputado Atila Nunes (Movimiento Democrático de Brasil) presentó una petición de "impeachment" para intentar derribar al alcalde a nivel político.
Los analistas políticos consideraron su triunfo una victoria simbólica en el proyecto de poder que las iglesias evangélicas tienen en Brasil, y en especial la Iglesia Universal del Reino de Dios (cada vez son más numerosos los parlamentarios y ministros de Gobierno evangélicos).
Sin embargo, actualmente el alcalde es muy impopular debido a su gestión de los asuntos del día a día de la ciudad y a algunas polémicas relacionadas con sus creencias religiosas.
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Entre ellas están la celebración de cultos evangélicos en las dependencias municipales, su negativa a participar en los actos del Carnaval o la censura que suele promover a expresiones artísticas que considera inmorales.