"Su eminencia cardenal Leopoldo José Brenes junto a su excelencia monseñor Silvio José Báez y sacerdotes del clero de la Arquidiócesis [de Managua] se trasladan a Masaya a mediar sobre la situación y a estar con el pueblo acompañándole", publicó la Conferencia en la red social Twitter, citando información de la jurisdicción religiosa capitalina.
"Su Eminencia Cardenal Leopoldo José Brenes junto a Su Excelencia Monseñor Silvio José Báez y sacerdotes del Clero de la Arquidiócesis se trasladan a Masaya a mediar sobre la situación y a estar con el pueblo acompañándole. Pedimos a todos los fieles sus oraciones"Arq. de Managua
— Conferencia Episcopal de Nicaragua (@CENicaragua) 21 июня 2018 г.
Unos 30 sacerdotes componen la delegación que viaja a esa zona de conflicto.
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Masaya, en especial su barrio indígena Monimbó, es epicentro de manifestaciones contra el Gobierno y enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales.
"Todo el clero de Managua vamos esta mañana para Masaya y Monimbó, queremos detener otra masacre, consolar a nuestro pueblo y rezar con ellos", escribió Báez en Twitter.
Saliendo para Masaya y Monimbó, los obispos de Managua, el Nuncio Apostólico y los sacerdotes de la capital. Les pedimos sus oraciones. pic.twitter.com/cbUTANdUjD
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 21 июня 2018 г.
Más temprano este 21 de junio, el religioso publicó: "¡Que el mundo lo sepa! El Gobierno de Nicaragua se prepara con antimotines y paramilitares para perpetrar otra masacre en el indefenso barrio indígena de Monimbó, Masaya. ¡Presionen a Ortega, ayúdenos, Monimbó no se toca!".
Las protestas iniciadas el 18 de abril pasado contra el Gobierno de Daniel Ortega, que derivaron en enfrentamientos entre manifestantes, la policía y oficialistas, han dejado hasta el 18 de junio al menos 215 fallecidos, según cifras de la Anpdh.
La administración de Ortega ha negado en reiteradas ocasiones la existencia de grupos de choque oficialistas que provoquen violencia en las manifestaciones.
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El gobernante Frente Sandinista para la Liberación Nacional sostiene que las protestas forman parte de un "golpe suave" que tiene como fin derrocar al presidente.
Los obispos y la oposición piden que misiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Unión Europea se desplieguen en Nicaragua para investigar las causas de la violencia y dar seguimiento a procesos de justicia y reparación de víctimas.
