"La víctima fatal fue retirada de la zona y fue llevada al Instituto de Criminalística; era un hombre con varios tatuajes en el cuerpo y fue encontrado con el arnés de seguridad utilizado durante el intento de rescate", informaron los bomberos a través de la red social Twitter.
Es por eso que todo apunta a que se trata del cuerpo de Ricardo Amorim, un hombre que estaba siendo rescatado por los bomberos justo cuando el edifico se derrumbó.
A ella se suma otra víctima fatal el mismo día del accidente, por lo que de momento hay dos fallecidos y el número oficial de desaparecidos es de cinco, después de que este 4 de mayo familiares y amigos notificaran la desaparición de otras dos personas.
El número real de personas que podrían haber muerto en la tragedia es difícil de calcular, dado que según los datos del Ayuntamiento de Sao Paulo un total de 49 personas, que supuestamente vivían en ese edificio, no fueron localizadas y tampoco nadie preguntó por ellas.
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Es probable que muchas de esas personas no estuvieran en el edificio en el momento del derrumbe.
Los bomberos informaron que en la mañana de este viernes 4 se encontraron armarios con ropas y objetos personales, lo que indicaría que ya se está llegando a la capa de escombros correspondiente a los pisos habitables del edificio.
Las tareas de rescate y limpieza se prologarán al menos durante otra semana, mientras se investigan las causas del fuego que originó el incendio y posterior derrumbe.
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El secretario de Seguridad Pública del Estado de Sao Paulo, Mágino Alves Barbosa Filho, dijo el jueves que la principal hipótesis es un cortocircuito, pero responsables del Instituto de Criminalística de Sao Paulo afirmaron este 4 de mayo que aún es pronto para sacar conclusiones.
En este tiempo fue ocupado de forma irregular varias veces; en los últimos años se convirtió en refugio de familias del Movimiento de Lucha por una Vivienda Digna.
Según datos del Ayuntamiento de Sao Paulo, vivían en él un total de 428 personas de 169 familias diferentes.
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La mayoría pudo escapar a tiempo y ahora duermen en las inmediaciones de la zona de la tragedia en busca de un nuevo hogar, puesto que muchos de ellos rechazan ser reubicados en albergues municipales.