"Con este proyecto, estamos haciendo desde hace dos años soja mecanizada con los productores; el productor que tiene su tierra habilitada puede cosechar mecánicamente con un silo o con una empresa que está cercana" y luego es exportada, dijo Rojas, quien trabaja para el programa.
La iniciativa que comenzó en 2014 y va por su cuarta etapa se dirige a personas pobres o indigentes en seis departamentos del país sudamericano: Alto Paraná (sur), Canindeyú (sur), Caazapá (sur), San Pedro (centro), Concepción (oeste) y Caaguazú (sur).
Hasta ahora se han sembrado más de 6.100 hectáreas de maíz, 844 de sésamo, 267 de algodón y 86 de soja, que una vez comercializadas dejan ingresos de 4,7 millones de dólares y ganancias netas de 1,7 millones de dólares para repartir entre las 6.589 familias comprendidas en el programa.
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Las cifras oficiales indican que el programa permitió más que duplicar la producción de estas familias campesinas.
Si bien la soja es el producto menos explotado, con tan solo 100 hectáreas, puede perfectamente puede ser exportado ya que de la cosecha va a un silo "y de ese silo la producción sale para exportación", explicó.
Además, el programa fomenta al crecimiento de los agricultores que ya no piensan en arrendar su campo a grandes productores, sino en traer máquinas y encargarse ellos de la producción, "incluso algunos ya no esperan más ayuda del Gobierno", aseguró.
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"Ellos ya son conscientes del ingreso que van a tener con su soja y ya están alquilando máquinas, no están pendientes de la ayuda que pueden recibir, ellos hoy están vendiendo la cosecha", explicó.
Salir de la pobreza
Paraguay tiene 1,9 millones de pobres, lo que representa un 28,86 por ciento de la población total de 6,7 millones de personas, según la Dirección General de Estadística Encuestas y Censos (DGEEC).
Además, 320.000 personas viven en situación de extrema pobreza en zonas rurales.
"Se puede decir que las familias comprendidas en el programa mejoraron considerablemente su calidad de vida", aunque "salir de los registros de pobreza es un proceso más largo", comentó Rojas.
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El Programa de Modernización y Mecanización de la Agricultura Familiar, que nació en el marco del Programa Nacional para la Reducción de la Pobreza "Sembrando Oportunidades", asiste a menos de 6.000 familias pobres debidamente registradas y cuenta con apoyo de la Secretaría Técnica de Planificación y la UNOPS y con financiación del consorcio Itaipú Binacional, administradora de la represa hidroeléctrica brasileña-paraguaya.
"Evidentemente que es un sueño de quienes formamos parte de este equipo de trabajo, tanto del Ministerio de Agricultura, la Secretaría Técnica de Planificación como Itaipú Binacional" poder cubrir todo el país, dijo Rojas, pero reconoció que cuentan con "un recurso limitado".
Una posibilidad que se analiza es que las familias "que están mejor con respecto a su situación de pobreza" puedan acceder a un "pequeño" crédito.
"Una vez que vayan generando mayor ingreso queremos que entre el crédito agrícola para darles un soporte de sostenibilidad al trabajo; que las familias continúen, de las hectáreas iniciales se dupliquen e ir moviendo a otras familias que todavía no tuvieron esta ayuda", enfatizó.
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El programa fue galardonado el 13 de abril pasado en Copenhague en el marco de la ceremonia anual del Premio al Proyecto del Año de la UNOPS, tras competir con 1.000 iniciativas impulsadas por la agencia de las Naciones Unidas en más de 80 países.