"Hago un llamamiento de alerta para otros países, porque Netflix no puede hacer campaña política, y si lo está haciendo en Brasil lo hará en tu país, se lo diré a todo el mundo; se lo diré a los líderes políticos con los que me encuentre, están haciendo campaña de forma indebida", dijo Rousseff en un encuentro con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro.
Para Rousseff la serie es "fake news" (noticia falsa) descarada" y algo muy grave que los gestores de la empresa no deberían haber permitido.
La expresidenta aseguró que países como Francia o Portugal, por citar algunos ejemplos, también podrían ser víctimas de esas maniobras, pero añadió: "En Rusia no, porque no les dejarían".
La dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) publicó el fin de semana un comunicado en que lamentaba la ristra de mentiras que difunde la serie.
En la época en que se fraguó el juicio político que puso fin a la presidencia de Rousseff en 2016, salió a la luz una conversación privada en la que Jucá hablaba de "frenar la sangría" (en alusión a las continuas detenciones de políticos cercanos) haciendo un "gran acuerdo nacional" que incluyera incluso al Tribunal Supremo Federal.
"Es impresionante que el cineasta atribuya esas declaraciones al personaje que encarna el presidente Lula; en la vida real Lula jamás hizo esas declaraciones; el senador Romero Jucá, líder del golpe, afirmó eso en una conversación con el delator Sérgio Machado", político y exejecutivo de Petrobras que obtuvo beneficios penales a cambio de implicar a altos cargos, recordó Rousseff en su comunicado.

Rousseff también criticó que la serie incluya "mentiras" que ni siquiera los grandes medios nacionales tuvieron la valentía de mencionar, como que el cambista Alberto Yousseff (uno de los líderes de la trama corrupta) participó en su campaña de reelección en 2010 o que ella fuera muy cercana al exdirectivo de Petrobras, Paulo Roberto Costa, uno de los primeros detenidos de la trama.
"No es posible decir que Jesucristo se reunió con Churchill, no se puede decir que Stalin hizo un pacto con el papa Francisco, no se puede", ironizó a modo de ejemplo.
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Rousseff fue apartada del poder en 2016 por el Congreso, que la encontró culpable de un delito de responsabilidad por haber maquillado las cuentas oficiales que reflejaban el déficit, una práctica habitual entre sus predecesores que en su opinión se usó como pretexto.
"Todos los indicios apuntan a que había un interés extranjero; yo antes pensaba que la elite nacional era capaz ella sola de dar el golpe; tiene toda la competencia para dar el golpe y entregar el país a otros intereses, pero creo que tuvo ayuda", aseguró.
La expresidenta también criticó el oligopolio de los medios de comunicación en Brasil, a los que acusó de participar de la campaña para intentar que Lula no pueda ser candidato en las elecciones de octubre, y agradeció la actitud diferente de la prensa internacional.
Lula es el precandidato del PT para las elecciones de octubre, para las que parte como favorito a pesar de sus problemas con la justicia, ya que fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por delitos de corrupción, lo que podría impedir que concurriera a los comicios.