"Vengo a denunciar lo que puede pasar en la campaña electoral: un baño de violencia sobre nosotros", dijo Rousseff en un encuentro con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro.
A su paso por los estados sureños de Rio Grande do Sul y Santa Catarina el recorrido de Lula fue bloqueado en varias ocasiones y algunos de sus simpatizantes llegaron a ser agredidos con piedras y palos.
La expresidenta acusó a grupos de milicias ilegales de esos actos violentos y aseguró que el "golpe" que la apartó del poder, en referencia al juicio político que sufrió en 2016, abrió la "caja de Pandora" de una extrema derecha fortalecida y que podría ser decisiva en las próximas elecciones.
Brasil vive un proceso de "expansión del odio" que coincide con la difusión de grupos de extrema derecha, alegó Rousseff.
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Rousseff aseguró que en las giras de Lula unos 200 integrantes de milicias atacaron a estudiantes en el campus de la Universidad Federal de Santa María, en Río Grande do Sul, que el expresidente fue impedido de visitar la Universidad Federal de la Pampa, en el mismo estado, que varias mujeres fueron agredidas físicamente y que al autobús de Lula le arrojaron piedras de gran tamaño.
"En todos esos lugares hay milicias armadas, hay gente con revólveres, con bombas", dijo Rousseff.
La expresidenta comentó que si bien las elecciones de 2014 fueron muy crispadas, en aquel momento se estaba pincubando el "huevo de la serpiente", por lo que pronosticó violencia en los próximos comicios.

El lunes el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4) rechazó el recurso de la defensa de Lula, que cuestionaba aspectos del fallo condenatorio pero sin consecuencias para modificar la sentencia.
"Esa decisión del TRF-4 no tendrá efecto inmediato, dependeremos de lo que pasará con el Tribunal Supremo Federal", dijo Rousseff, en referencia a la votación que esa corte realizará el próximo 4 de abril para definir si acepta la petición de habeas corpus formulada por el expresidente para impedir la orden de prisión.
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Rousseff reafirmó que el partido no cuenta con un plan B.
"Hay espacio para que disputemos las elecciones teniendo al presidente como candidato, pensamos que no irá preso porque es inocente y vamos a luchar contra eso, tendremos todas las condiciones para hacer campaña; no tenemos por qué tomar una decisión preliminar, ellos quieren que escojamos un sustituto, que aceptemos la culpa de un inocente", dijo la exmandataria.
Rousseff, que en alguna ocasión dejó entrever que podría ser candidata a senadora, aseguró que aún no ha tomado una decisión y que también es prematuro pensar en una eventual participación suya como ministra en un hipotético Gobierno de Lula.