En un comunicado conjunto, los ministerios de Exteriores y de Industria y Comercio explicaron que el Gobierno, en coordinación con el sector privado nacional, continuará trabajando junto a EEUU "para convertir en definitiva, con la mayor brevedad posible, la exclusión de Brasil de cualquier tipo de restricción comercial a sus exportaciones de acero y aluminio".
El Gobierno brasileño se mostró "convencido" de que el mejor resultado se alcanzará con diálogo y añadió que seguirá trabajando en el marco del Foro Global del Acero para encontrar una solución al exceso de capacidad del sector siderúrgico.
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Desde que se anunciaron las sobretasas el Gobierno de Brasil se manifestó frontalmente en contra y alertó de que la medida tendría efectos desastrosos para su economía.
Casi el 80% de las exportaciones brasileñas de acero son de productos semiacabados, que son usados como materia prima por la industria siderúrgica estadounidense, por lo que las tasas tendrían efectos nocivos también para el sector en EE.UU, recuerda el Gobierno de Brasil.
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Además, Brasil es el mayor importador de carbón siderúrgico de EE.UU (casi 1.000 millones de dólares en 2017), que se destina sobre todo a la producción brasileña de acero exportado a ese país.