"La mesa ha acordado que a partir del 2 de abril iniciará la evaluación de cese al fuego que terminó el pasado 9 de enero", señala el comunicado leído este jueves [el 22 de marzo] por ambas partes, donde consta además que para ello se "convocará a la misión especial de la ONU [Organización de las Naciones Unidas] y a la Conferencia Episcopal Colombiana".
En ese sentido, manifestó que si bien les interesa avanzar en las conversaciones, también les importa hacerlo con "rigurosidad" y no solo con "celeridad".
"Estos esfuerzos de cese bilateral es de ambos lados, lo que nosotros garantizamos en el cese anterior es un cese de operaciones ofensivas completas que incluye un cese a los ataques a la infraestructura", añadió Beltrán, al tiempo que pidió al Gobierno colombiano "un mayor compromiso estatal en neutralizar la persecución y asesinato de líderes sociales" que debe ir de la mano "del desmonte de los grupos paramilitares".
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Por su parte, el representante del Gobierno de Colombia, Gustavo Bell, indicó que tienen "razonables esperanzas de avanzar rápido en la construcción del nuevo acuerdo", ya que sería "muy importante para seguir avanzando en el desarrollo de la agenda".
"Los documentos nos permiten dilucidar que vamos a avanzar rápido en ese sentido", agregó Bell.
Tras evaluar el cese al fuego, se definirán los aspectos políticos y técnicos que permitan "dar mandato" para el diseño de un nueva tregua.
El Gobierno de Juan Manuel Santos y el ELN mantienen diálogos públicos de paz desde febrero de 2017 en Quito, donde han concretado cuatro ciclos de negociaciones, pero el quinto fue suspendido el 10 de enero pasado, luego de que la guerrilla reanudó los hechos violentos tras finalizar un cese del fuego bilateral que duró 101 días.
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El pasado 8 de marzo, el Gobierno ecuatoriano hizo también un llamado a ambas partes para que retomen las conversaciones "en aras del futuro de paz para América Latina y el Caribe" y expresó toda su disposición para mantenerse como sede de los diálogos.