"Sentimos la emergencia de abrir un debate serio y responsable, evitar la impunidad en los delitos sexuales cometidos contra nuestra niñez y adolescencia y reducir las brechas salariales", pues "actualmente los hombres ya superaron la meta del empleo adecuado, pero las mujeres tienen una brecha de 25%", declaró la vicepresidenta del país, María Alejandra Vicuña, durante la presentación del programa en Guayaquil (oeste).
El primer punto justamente contempla el empoderamiento económico de la mujer, "trabajando en la generación y fortalecimiento del emprendimiento productivo, así como en su salud sexual y salud reproductiva y en la concientización de las personas agresoras".
En ese sentido, Vicuña resaltó que "de nada servirá" ningún esfuerzo "si las mujeres siguen rezagadas en la redistribución de la riqueza nacional" y advirtió que "la inclusión de las mujeres en un sistema económico más justo" dependerá de que se logre "la corresponsabilidad y le ejercicio de roles compartidos".
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De allí que el propósito del programa es contar "no solo mujeres empoderadas, sino con hombres sensibles y conscientes de las desigualdades de género en las que vivimos", se indica en la información oficial de la estrategia.
Mientras que en el eje de reparación se proyecta evitar la revictimización y se "viabilizará la aplicación de mecanismos de restitución, rehabilitación, medidas de satisfacción y garantías de no repetición".
En Ecuador seis de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de violencia en su vida y al menos una de cada cuatro ha sido víctima de violencia sexual, según estadísticas oficiales.
Asimismo, el tiempo que destinan las mujeres a las responsabilidades del hogar es casi cuatro veces superior que el que destinan los hombres.
Otros datos revelan que apenas 37,1% de los puestos directivos en el país son ocupados por mujeres y 62,9% por hombres.
