"Se está recogiendo las firmas para presentar (la denuncia) de manera inmediata el día jueves", dijo la legisladora disidente de la oficialista Alianza País, Gabriela Rivadeneira, en una rueda de prensa brindada por los parlamentarios afines a Correa.
Según Rivadeneira, además de la intimidación que sufrió el exmandatario, "hubo daños a la propiedad privada", también se quejó de que "la policía no accionó contra los violentos" y que hubo "policías que incuso motivan a los violentos a generar más violencia".
La reacción de los asambleístas se da después de que Correa denunciara el 31 de enero haber recibido agresiones a las afueras de una emisora radial de Quinindé, donde tuvo que permanecer durante cuatro para salvaguardar su integridad.
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Asimismo, exigió al Ministerio del Interior y de Justicia y a la fiscalía "que asuman la responsabilidad" y "se pronuncien estos actos de violencia".
El jefe de campaña de Correa y excanciller de la República, Ricardo Patiño, expresó su "indignación" por lo ocurrido que es "una vuelta al pasado y lamentamos decir que en buena medida está propiciado por el discurso del presidente Lenín Moreno que cada día se dedica a hablar sobre la supuesta corrupción generalizada del Gobierno anterior" que genera "en un sector de la población actos de supuesto rechazo".
Tras los sucesos, Moreno pidió en su cuenta de Twitter a los ciudadanos mantener "el espíritu de solidaridad, de unión y de esperanza" diciendo "¡sí a la tolerancia y al respeto con todos y entre todos!".
Según videos difundidos en redes sociales, la fuerza pública tuvo que intervenir para evitar que los desmanes alcanzaran mayores proporciones.
El 4 de febrero, más de 13 millones de ecuatorianos acudirán a las urnas para votar por siete preguntas: cinco de referéndum (cambios a la Constitución) y dos de consulta popular (reformas a leyes menores).