"Lamentablemente a veces se escuchan más las voces que vienen de la propia sociedad civil, que condenan, que critican y que hacen 'bullying' sobre el trabajo que hacen las instituciones del Estado mexicano", expresó Peña Nieto en un acto con organismos sociales que trabajan en temas de derechos humanos y seguridad pública.
Las críticas están enfocadas especialmente a los integrantes de las fuerzas policiacas, "muy pocas veces reconocen la tarea de las fuerzas armadas y de seguridad pública que tienen que actuar con respeto a los derechos humanos y protocolos", dijo el jefe del poder ejecutivo.
Cuando se pone en duda el trabajo de las policías y militares, "nadie sale a hablar por ellas, nadie sale a defenderlas ni respalda el trabajo de las policías, las dejamos solas, las abandonamos", advirtió el mandatario en una inusual crítica directa a los liderazgos de organismos independientes.
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Peña Nieto recibió un diagnóstico de las organizaciones sociales que cuestionaron la mala implementación de un nuevo sistema penal acusatorio, las violaciones a los derechos humanos en el desempeño de militares en tareas de seguridad pública y prácticas de torturas de las policías.
"La sociedad civil tiene razón, no hemos llegado a las condiciones de seguridad", admitió el presidente.
Rechazó asimismo que el despliegue de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública sea parte de un plan de militarización del país, al tiempo que expresó que no pretendía "ser crítico, sino hacer observaciones" a las organizaciones sociales.
Lamentó además que el peso de las críticas se descargue sobre todo en el nivel federal.
"No se puede pensar que las fuerzas armadas hagan lo que corresponde a fuerzas civiles", subrayó.
Entre 2016 y 2017 la inseguridad cobró "nuevos espacios" y provincias donde dejó de haber violencia durante los primeros años de su mandato, nuevamente la volvieron los altos índices de criminalidad, admitió.
Este año los delitos aumentaron más del 20% con respecto al año pasado, y podrían superar los más de 15.000 homicidios dolosos en 2016, según cifras oficiales.
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Con ese resultado, los índices de delincuencia podrían superar el año 2011, considerado más violento de la historia reciente en el marco de la guerra abierta contra las drogas, decretada hace una década con despliegues de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
