"Nuestra manera de gritar es a través del arte; un país sin una cultura y una educación maciza no existe, no tiene identidad", clamaba el bailarín Manuel Francisco en nombre de los trabajadores de la orquesta sinfónica, el coro y el ballet que se concentraban a las puertas del teatro, escenificando algunas piezas más celebres de la música clásica mundial.
Aun así no dejaron de trabajar, esforzándose para que a pesar de la crisis este teatro público no cerrase sus puertas.
En mayo hicieron la primera protesta y lanzaron una campaña que sigue en vigor para recaudar donaciones, incluso alimentos no perecederos, puesto que muchos de sus trabajadores llegaron al límite, aseguran.
La situación es especialmente delicada para los jubilados, que no cobran su pensión desde el pasado mes de agosto.
"Artistas que dedicaron su vida entera a esta casa están siendo tratados como un trapo sucio, usado y rasgado", lamentaba Francisco, apoyado por los aplausos de sus compañeros.
El Gobierno del Estado de Río paga esos salarios cuando puede, ya que en julio de 2016 se declaró en bancarrota y ahora su liquidez depende de los aportes de urgencia que viene haciendo periódicamente el Gobierno central.
En la protesta hubo fuertes críticas a los "desgobernadores" que provocaron esta situación y expresiones de solidaridad hacia el conjunto de los 208.000 funcionarios del Estado de Río, que pasan por una situación similar.
Lea también: Los seis brasileños más ricos tienen lo mismo que los 100 millones más pobres del país
Cientos de personas se agolparon a las puertas del Teatro Municipal para expresar su apoyo a los artistas y cuerpo técnico, además de verse atraídos por las actuaciones musicales.
Flanqueados por pancartas con lemas como "SOS", "La cultura pide socorro" y "La cultura es el alma de una nación" el coro y los músicos de la orquesta interpretaron obras de Beethoven, Verdi, Bach, Tchaikovsky y Villa-Lobos, entre otros.
La canción, que en Brasil es un icono contra la dictadura, dice en su estribillo "a pesar de ti mañana será otro día", frase que los trabajadores del teatro dedicaron a los políticos que sumieron al Estado de Río de Janeiro en el caos.
Al finalizar, parte del público unió sus manos en el aire imitando el gesto de los bailarines y profirió gritos contra el presidente brasileño, Michel Temer; y contra el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, ambos del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB).
El Teatro Municipal de Río de Janeiro se fundó en 1909 inspirado en la Ópera Garnier de París y está considerado uno de los principales coliseos líricos de América del Sur, junto con el Teatro Municipal de São Paulo y el Teatro Colón de Buenos Aires.