"Que la Casa del ALBA haya dado abrigo este día a los exponentes de la rumba es también un concepto de unidad, integración, alianzas, sentimientos, emociones, conocimiento, historia; todo lo que ha estuvo presente en el debate y el espectáculo", dijo a Sputnik la musicóloga Cary Diez respecto a esta jornada en saludo a la efeméride que los cubanos celebran cada 20 de octubre desde 1980 en recordación de la primera vez que se cantó públicamente el Himno Nacional en 1868.
Ganadora de un Grammy Latino como productora del disco La Rumba soy yo (2001), moderadora del coloquio que ocupó toda la mañana y del concierto que desde las 15:00 (hora de Cuba) se extendió hasta el anochecer, Diez reiteró sus elogios por el sentido integrador de la velada.
Diez consideró de mucho valor las exposiciones de promotores de proyectos culturales comunitarios, algunos continuadores de tradiciones iniciadas por esclavos africanos traídos a Cuba en el siglo XIX, como los denominados Rincón de los Milagros, Patio de Tata Guines, la Peña de la Rumba, el Callejón de Hammel y otros invitados de Sagua la Grande, en las central provincia de Villa Clara, de la vecina Cienfuegos, y en la occidental Matanzas.
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La promotora cultural agradeció el respaldo de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, del Instituto Cubano de la Música y de representantes de los medios de comunicación, "quienes vieron desde primera persona estas experiencias presentadas por los testimoniantes".
Después de la toma de la ciudad suroriental de Bayamo tras el inicio de la gesta independentista contra España el 10 de octubre de 1868, el día 20 en su Plaza Principal se cantó la marcha La Bayamesa, escrita por el patriota Pedro Figueredo, que con el tiempo devino Himno Nacional de Cuba.
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La palabra rumba, además de significar atmósfera de fiesta y jolgorio, define a un género musical-danzario cubano con raíces africanas, sobre todo de origen congo-bantú, lucumí (yoruba) y carabalí, así como con algunas influencias hispanas, en especial del cante andaluz, visible en la diana o leleo con que los cantantes identifican o introducen al inicio de los temas la melodía que asumirán.
Profundamente cubana por su esencia y proyección, la rumba incluye algunas variantes perfectamente definidas, entre las cuales sobresalen el yambú, el guaguancó y la columbia.
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En un pronunciamiento firmado en Addis Abeba, Etiopía, en 2016, la Oficina de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura declaró a la rumba como Patrimonio inmaterial de la Humanidad al considerar que este elemento del etnos cubano "es la expresión de un espíritu de resistencia y autoestima, así como un instrumento de sociabilidad que enriquece la vida de las comunidades que lo practican".