La retirada de los militares se realizará de forma gradual y se producirá a lo largo de este 29 de septiembre, dado que la situación en la favela está estabilizada tras el fin de los enfrentamientos violentos entre los narcotraficantes, dijo el 28 de septiembre a esa misma agencia el ministro de Defensa, Raúl Jungmann.
Con el desplazamiento de los narcotraficantes de Rocinha a otras favelas, añadió Jungmann, no tiene sentido mantener en el lugar a 950 militares mientras otras áreas de la ciudad quedan desprotegidas.
"No tenía sentido permanecer con todo ese efectivo (en Rocinha), sino (que es necesario) trasladarlo a otros lugares donde (los traficantes) puedan ser debidamente capturados", añadió el ministro, según la Agencia Brasil.
Pero tras cuatro días sin que la Policía Militar pudiera controlar los enfrentamientos, el Gobierno del estado de Río de Janeiro pidió de manera urgente la colaboración de las Fuerzas Armadas, que se desplegaron alrededor de la favela el 22 de septiembre.
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Varios fusiles, pistolas y explosivos caseros fueron hallados en distintos allanamientos realizados por la policía, así como más de 2.000 municiones y cargadores.
