"El mayor escándalo de corrupción de los últimos años fue sin duda el de los créditos subprime (2009), cuando un monto absurdo de dinero fue desviado de los bolsillos de la población y concentrado en pocas manos de Wall Street", dijo en una conferencia la exmandataria brasileña, destituida en agosto del año pasado por lo que ella considera un "golpe de Estado institucional".
En una conferencia junto con el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), Pablo Gentili, organismo que cumple 50 años, Rousseff explicó que el combate a la corrupción en Brasil fue posible gracias a que durante su mandato, iniciado en 2011, cambió las leyes para investigar la corrupción; sin embargo aún falta combatir los paraísos fiscales, como los que emergieron de los llamados papeles de Panamá, observó.
"La corrupción es una característica de las sociedades dominadas por la mercantilización del uso del dinero por parte de quienes la utilizan para conseguir ventajas, esta es la lógica de la corrupción", prosiguió Rousseff, acompañada por el líder moral de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas, de 82 años.
Dilma señaló que el neoliberalismo causó la concentración de riqueza con falta de transparencia "porque no hay corrupción si no hay recursos concentrados en pocas manos, que permiten su uso indebido", acotó.
La expresidenta es una de las personalidades que aparecen mencionadas en el caso Odebrecht, acusada de ser partícipe de delitos de corrupción, igual que su padrino político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y el actual mandatario Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), entre muchos otros políticos de prácticamente todos los partidos.
Impacto de Odebrecht en Latinoamérica
"No creo que comprometa la democracia en América Latina porque hay varios gobiernos conservadores electos sin ningún problema", respondió en una conferencia de prensa.
Durante más de una década de gobiernos de izquierda la región latinoamericana estaba a contracorriente del neoliberalismo, sostuvo.
"Está demostrado con datos del Banco Mundial y de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que hubo una drástica reducción de la desigualdad en la región más desigual del mundo", argumentó.
La corrupción en Brasil
Para explicar el estallido del escándalo de Lava Jato (lavadero de autos en portugués), que involucra a la constructora brasileña Odebrecht y a la petrolera semiestatal Petrobras en un esquema de sobornos para obtener contratos de obra pública y un régimen de financiación paralela, e ilegal, de los partidos políticos, Rousseff enfatizó que esos casos fueron abiertos gracias a las reformas al sistema judicial realizadas durante su mandato.
"América Latina siempre tuvo corrupción y lo que ocurrió en Brasil fue que cambiamos la legislación en las instituciones, permitiendo la investigación; esa nueva ley permitía dos cosas: practicar la delación premiada y evitar el hecho de que, hasta entonces, solo los corruptos eran castigados, pero los corruptores dueños del dinero no", explicó.
Hasta el mandato de Lula el titular de la fiscalía era designado por el presidente.
El Ministerio Público (fiscalía) de Brasil está constituido por un grupo de funcionarios públicos de carrera que llegan al cargo por concurso.
A ese organismo, el entonces presidente Lula le solicitó una lista de tres personas "y eligió al primero de la lista" como titular, recordó Dilma.
En Brasil "fue necesaria la decisión política de tener nuevas leyes e instituciones porque una de las características de la corrupción es que se hace en la oscuridad".
Otro factor crucial, agregó, es que "se corrompe con los recursos no contabilizados, que están en los paraísos fiscales".
Lea más: Odebrecht, el terremoto político que sacude Latinoamérica
Los masivos recursos que están en esos bancos del Caribe y Suiza provienen de tres fuentes: "del terrorismo, del narcotráfico y de la evasión fiscal", reseñó Rousseff.
"Hoy en el mundo solo los trabajadores de clases medias pagan impuestos, no los dueños del capital", deploró la dirigente.
Rastrear el dinero negro "también depende del control de los paraísos fiscales", apuntó.
Por lo tanto, "sin paraísos fiscales no hay recursos para corromper, no se puede usar la ganancia legal de las empresas para corromper", remató.
El 15 de septiembre de 2008, conocido como "Lunes Negro" en Wall Street, se desató una crisis financiera luego de que el banco Lehman Brothers se declarara insolvente tras perder, al igual que otros bancos, miles de millones de dólares por sus negocios con créditos inmobiliarios de alto riesgo.