En lugar de publicidad, una gran pantalla situada al lado de una de las carreteras de Ciudad de México empezó a transmitir vídeos porno. Los conductores que pasaban por la carretera se quedaron sorprendidos y muchos redujeron la velocidad para ver y fotografiar un espectáculo tan inusual.
Fue entonces cuando efectivos del servicio de bomberos local trataron de detener la transmisión y uno de ellos se subió a la pantalla para apagarla. Sin embargo, el bombero perdió la vida tras resbalar y caer al suelo.
La compañía Carteleras.com, propietaria de la pantalla de publicidad, explicó que había sido víctima de un ataque informático. Un representante de la empresa pidió perdón a los testigos del embarazoso incidente.