Según Veselov, el Gobierno colombiano se vio obligado a tomar esta medida después de no haber podido ganar en una confrontación militar abierta.
"En cierta medida la situación en Colombia se asemeja al conflicto en el sureste de Ucrania. Kiev tampoco logró vencer a las repúblicas separatistas y para aprender a construir un diálogo tiene que adoptar la experiencia de Colombia", apunta.
La historia de las FARC comenzó en 1964 y este ejército guerrillero rápidamente se convirtió en el mayor y más influyente en toda América del Sur. El Departamento de EEUU lo calificó de "organización terrorista", lo cual no impidió que el ex secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se reuniera no solo con los representantes de la delegación gubernamental, sino también con los rebeldes durante las negociaciones en la Habana en la primavera de 2016.
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Las repúblicas de Donbás, por su parte, no figuran en las listas oficiales como organizaciones terroristas o separatistas. Sin embargo, ningún político estadounidense hasta el momento ha entablado negociaciones con los líderes de las repúblicas de Donetsk y Lugansk.
"Aunque los métodos de las FARC eran discutibles, no se les puede considerar como terroristas", detalla Veselov.
En los 2000 el expresidente colombiano Álvaro Uribe adoptó una política de eliminación total de las FARC y consiguió el apoyo de Washington, a cambio del cual se comprometió a dar a las corporaciones estadounidenses los recursos de los territorios controlados por los rebeldes.
"De ese modo, el Ejército de Colombia empezó a recibir grandes cantidades de armas, asesores estadounidenses participaron en las operaciones contra los guerrilleros, la aviación cololmbiana tuvo acceso a los datos de reconocimiento de EEUU", continúa Veselov.
Sin embargo, a pesar de las enormes inyecciones monetarias —de entre 3.5 y 7 mil millones de dólares—, el país latinoamericano no logró derrotar a los rebeldes que contaban con el apoyo de la población local, destaca.
El concepto de la lucha contra las FARC comenzó a cambiar en 2010 con la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia. Así, en 2011 el Congreso de Colombia hizo una declaración pública admitiendo que las FARC controlaban un tercio del territorio del país.
"No se puede descartar que el presidente rechazó una solución puramente militar debido a que el volumen de la ayuda estadounidense disminuyó después de la elección de Barack Obama", enfatiza.
En 2012 Santos y las FARC entablaron negociaciones que culminaron en la firma del acuerdo de paz dentro de cuatro años, en 2016. Así, la voluntad política de las autoridades colombianas junto con el enfoque bien pensado de la comunidad internacional logró poner fin a una guerra civil que se llevó al menos 200.000 vidas.
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No obstante, a juicio del columnista del portal Ukraina.ru, Piotr Safonov, la percepción sobre estos dos países es bastante diferente en Occidente.
Para Washington es crucial crear una estabilidad en Colombia que permitirá detener la afluencia de cocaína al país norteamericano.
"Pero para EEUU la autonomía de Donbás y la federalización de Ucrania son un mal peor que los carteles de drogas debido a que podrán instalar las llamas de la paz rusa en la región", admitió Safonov.