"Cualquier modificación que implique daño y no beneficio a la economía nacional no la aceptaría el Ejecutivo", aseguró Videgaray ante la Cámara alta, organismo legislativo del Congreso encargado de la política exterior del país latinoamericano.
Videgaray explicó que dejó claro a los secretarios de Estado, Rex Tillerson, y de Seguridad Nacional de EEUU, John Kelly, que México "no aceptará que sean deportados a México inmigrantes centroamericanos o de otros países, como se mencionó en nuevos lineamientos migratorios publicados la semana pasada".
Advirtió además que protegerá las remesas de dólares que envían a sus familiares en México los inmigrantes (unos 27.000 millones anuales).
También dijo que en la nueva relación con Estados Unidos se deben establecer límites claros y precisos.
"Hemos logrado comunicar de manera clara las posiciones del Gobierno mexicano, expresamos al Gobierno de EEUU de manera formal el sentimiento de agravio e indignación que existe en México", señaló Videgaray al repetir la frase que había expresado a Tillerson y Kelly la semana pasada.
"No dudaremos en acudir a la justicia estadounidense en caso de que esto no se respete", indicó el jefe de la diplomacia mexicana.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha dejado claro el "absoluto rechazo a las pretensiones" de Trump de militarizar las acciones en contra de los migrantes.
"Rechazamos cualquier interno de militarización de las acciones antiinmigrantes", enfatizó el canciller a los senadores.
Según Videgaray, México sostiene que la negociación con EEUU será "integral" y debe incluir los temas migratorios de seguridad y comerciales.
"Hemos establecido con claridad que el principio de integralidad habrá de regir cualquier proceso de diálogo y negociación", porque por parte de México siempre habrá voluntad de dialogar en forma respetuosa, puntualizó el canciller mexicano.