Sin embargo resaltó que estas movilizaciones ya estaban previstas y que se creó un dispositivo pata conseguir sacar los vehículos a la calle, por lo que el 95% del efectivo está en su lugar de trabajo.
Blaz admitió que los cuarteles donde se concentran las esposas de los policías son lugares importantes, por lo que los comandantes de cada cuartel ya están "negociando directamente" con las manifestantes para poder llegar a un acuerdo y que abandonen la protesta.
Mujeres, madres y otros familiares de los policías se organizaron por grupos de Whatsapp y redes sociales y empezaron a reunirse la madrugada de este 10 de febrero, llevando pancartas, sillas y botellas de agua, en previsión de pasar bastante tiempo bloqueando los accesos.
Algunas de estas mujeres resaltan que estas reivindicaciones aún son más básicas que las de sus colegas del estado de Espírito Santo, que piden un aumento de sueldo del 10%.
En ese estado la huelga encubierta ya dura casi una semana y el seguimiento está siendo mucho mayor, sin apenas policías en la calle.
Esto provocó una ola de violencia que está dejando robos, saqueos y más de 100 muertes violentas y que obligó a la intervención del Ejército.