"Haber tenido que encabezar el proceso revolucionario a 90 km de la primera potencia mundial obligó a unas circunstancias duras, radicales, de autodefensa permanente, que quienes no conocen la historia de América Latina suelen olvidar", señaló.
"Eso obligó a la Revolución cubana a hacer un esfuerzo en gastos militares, en preparación, cientos de miles de millones de horas no dedicadas al trabajo productivo sino a la desconfianza y a vivir en guardia por los gastos de autodefensa", destacó.
Por eso, para Mujica, "la Revolución cubana no es poesía, es condena, es la tragedia del pueblo que quiso hacerse su camino en los tiempos de la Guerra Fría".
En cuanto al futuro de la izquierda, Mujica consideró que lo más grave es el crecimiento de la desigualdad: "22 personas tienen lo mismo que 300 millones" en América Latina.
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"La democracia tendrá que entender que la lucha por la equidad, una de las banderas principales de la Revolución cubana, sigue siendo una cosa permanente de nuestros tiempos, sin poner odios, sin poner indignación y sin poner ofensas", concluyó.