Calero aseguró que había recibido presiones del ministro de la Secretaría de Gobierno, Geddel Vieira Lima, para que autorizase la construcción de un edificio en Salvador de Bahía, y cuando fue a hablar con Temer sobre el caso el propio presidente también le presionó para que silenciara el caso.
"Espero que esas grabaciones se hagan públicas, (la actitud de Calero) fue de una indignidad absoluta", remarcó Temer en rueda de prensa, subrayando que nunca quiso patrocinar ningún interés privado.
El contenido real de la conversación en que supuestamente Temer presionaba a Calero no se conoce por el momento, aunque el exministro de Cultura lo habría entregado a la Policía Federal y ya estaría siendo validado por los investigadores, según la prensa local.
Temer reconoció que quizá hubiera sido mejor si Vieira Lima hubiese dimitido antes —lo hizo este viernes— y aseguró que está examinando "con mucho cuidado" el perfil de su sustituto, que tendrá como principal tarea negociar con el Congreso Nacional para conseguir aprobar las medidas de Gobierno.