"Es evidente que el eje que formaban Brasil-Argentina en toda nuestra historia ha sido lo suficientemente relevante como para imprimir su ritmo al la región [pero] esta relación de fuerzas no tuvo la fuerza suficiente para impedir, por ejemplo, la destitución de la compañera Dilma Rousseff bajo la apariencia de una resolución parlamentaria", comentó en su discurso en el marco del III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP).
Sobre su Gobierno, Fernández puntualizó que todas sus ideas "fueron orientadas a lograr igualdad, promover la redistribución del ingreso, la participación de los trabajadores en el PIB" y recordó que "la Argentina tiene tal vez las organizaciones sindicales más fuertes de la región latinoamericana".
Como otro logro, la exmandataria destacó que su esposo, el fallecido Néstor Kircher, al igual que Lula Da Silva en Brasil, pagaron la deuda externa "y nunca jamás se permitió que el FMI (Fondo Monetario Internacional) supervisara las políticas de nuestro país".
"La situación es que nosotros pudimos internalizar en la sociedad que la movilidad social ascendente, que tener una política exterior independiente, que reestructurar la deuda… era imprescindible. Ahora ha comenzado un nuevo proceso de endeudamiento (en Argentina) para solventar gastos corrientes, que va a ser soportado por las futuras generaciones", añadió.
Fernández arribó este jueves al Ecuador en el marco del III Encuentro Progresista Latinoamericano como invitada especial.
Por la mañana, recibió en la Asamblea Nacional el reconocimiento Manuela Sáenz de la mano de la presidenta del Legislativo, Gabriela Rivadeneira.