Hickey estaba detenido desde el pasado 17 de agosto en la cárcel de Bangu por su presunta participación en una trama corrupta que vendía entradas para los Juegos Olímpicos de Río de forma irregular.
Fue puesto en libertad porque los delitos que se le imputan no superan de forma aislada los cuatro años de pena, por lo que la Justicia consideró que no es necesario privarle de su libertad.
Aún así, tendrá que entregar su pasaporte a las autoridades brasileñas en menos de 24 horas y no podrá dejar el país.
Hickey fue detenido porque, según las primeras investigaciones, el Comité Olímpico Irlandés que él presidía contrató a la empresa Pro 100 para vender las entradas de los Juegos Olímpicos de Río en Irlanda.
Sin embargo, esas entradas se pasaron a la empresa THG, que las revendía a precios extremadamente altos de hasta 8.600 dólares por una entrada para la ceremonia de apertura.
La empresa THG fue la encargada de la venta boletos en los Juegos de Londres 2012, pero no tenía autorización para vender ingresos de los Juegos de Río 2016.
Esta empresa está en el punto de mira de la policía desde hace tiempo: el pasado 5 de agosto se detuvo en Río a uno de sus directivos, Kevin James Mallon, y la policía se incautó de más de 1.000 entradas que se vendían de forma irregular.