La alcaldía de Bucaramanga, la capital del departamento colombiano de Santander, pidió al Ministerio de Hacienda que acepte la declaratoria de quiebra para poder negociar un nuevo acuerdo con los acreedores. La deuda del municipio asciende a $350.000 millones de pesos colombianos —unos 119 millones de dólares—.
El actual alcalde llamó a su antecesor mentiroso y lo acusó de ser responsable "de la debacle en la cual se encuentra sumida la ciudad".
Bohórquez le respondió que gobernara y no se dedicara a mirar por el espejo retrovisor. "Está perdiendo tiempo ingeniero Rodolfo. Usted tiene que dedicarse a ejecutar su plan de desarrollo. Le deseo el mayor de los éxitos Rodolfo, pero dedíquese a trabajar y déjese de gobernar con el retrovisor", dijo durante el pleito Bohórquez.
Además, el mandatario cuestionó el estilo de vida de su antecesor. "Pregúntenle dónde vivía antes de ser alcalde y pregúntenle dónde vive hoy. Sin trabajar, ¿de dónde sacó la plata?", preguntó Hernández.
En una conferencia de prensa enviada por la alcaldía a Sputnik, la secretaria de Hacienda del municipio, Olga Chacón, declaró: "Las medidas para reducir el gasto comenzaron desde que llegamos en enero. Hemos contratado el personal mínimo indispensable para poder operar. No se están pagando viáticos. Hicimos una contratación de seguridad y aseo del municipio que nos permitió bajar grandemente el valor que se estaba pagando por estos conceptos. Estamos trabajando con lo que eficientemente podemos trabajar. No vemos mayor margen para disminuir el gasto. No está fácil hacer una disminución del gasto por esta vía".
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El caso de Bucaramanga no es único en el mundo. En Estados Unidos se han registrado varios. En 2013, la ciudad de Detroit, declaró la mayor bancarrota municipal de la historia del país con una deuda de 18.000 millones de dólares. Otros casos similares ocurrieron durante el 2012. Por aquel entonces, tres ciudades de California se declararon en quiebra: San Bernardino, Stockton y Mammoth Lakes. En agosto de 2011, fue la ciudad de Central Falls, en Rhode Island, la que anunció la bancarrota. Ese mismo año, también hicieron lo mismo Harrisburg, en Pensilvania, y Jefferson County, en Alabama.
