El experto, quien obtuvo su doctorado en Educación por la Universidad Santander, del estado de Tamaulipas, en el noreste de México, se sometió a la prueba de 150 preguntas, y ha analizado las guías de estudio para los 1,2 millones de educadores, que ponen al descubierto —afirma—, "incongruencias y despropósitos".
Una de las preguntas dice: "En este momento se está llevando a cabo una balacera afuera del plantel donde laboras: según el protocolo de Protección Civil, ¿cuáles son las acciones que debes llevar a cabo?"
Frente a una evaluación de este tipo, Guerrero acota: "A veces no se sabe si reír o llorar, ¿debo sacar mi metralleta para defender a mis alumnos?", ironiza el académico.
Criterios capciosos
Algunas interrogantes de la "Guía de Estudio" se refieren al Plan 2011, mientras que en la práctica los maestros siguen trabajando con el Plan 2006: "Las preguntas son engañosas y están formuladas en forma capciosa, de tal manera que inducen al error", dice el maestro y académico.
A continuación, el test ofrece las siguientes cuatro opciones para elegir la correcta:
"A. Organizan, regulan y articulan los espacios curriculares; encauzan la temporalidad del currículo sin romper la naturaleza multidimensional de los propósitos del modelo educativo en su conjunto.
B. Organizan, regulan y articulan los espacios curriculares; tienen un carácter interactivo entre sí, y son congruentes con las competencias para la vida y los rasgos del perfil de egreso.
C. Organizan, regulan y articulan los espacios curriculares; en cada campo de formación se expresan los procesos graduales del aprendizaje, desde el primer año de Educación Básica hasta su conclusión.
D. Organizan, regulan y articulan los espacios curriculares; así como los distintos lenguajes y códigos que permiten ser universales y relacionarse en una sociedad dinámica y en permanente transformación."
Todas las opciones son "una serie de respuestas antipedagógicas o incluso tramposas, según se quiera ver; y no prueban sus competencias docentes reales", zanjó Guerrero.
Otra pregunta examina el conocimiento del plan de estudios 2011 de Educación Básica: "El plan plantea que hoy es necesario poner en operación una instancia intermedia que integre sus funciones en un modelo de gestión estratégica, que establezca la gestión por resultados e inclusive, la inversión pública por resultados, situando a la escuela en el centro del sistema educativo".
"A. Regiones para la gestión de la educación básica.
B. Departamentos estatales para la gestión escolar.
C. Centros de desarrollo para la gestión educativa integral.
D. Unidades sectoriales de apoyo a la gestión de la educación básica."
El académico considera que no tiene sentido someter a los maestros que no ocupan puestos directivos a esa interrogación: "es una incongruencia, porque el modelo de gestión, su puesta en práctica y conducción le corresponde a los directores y no a los maestros que educan a los alumnos".
Magisterio y pobreza
La evaluación examina también la capacidad del maestro para inmiscuirse en la vida privada de los alumnos, frente a las condiciones precarias que conducen a la deserción escolar.
A partir de allí, el test plantea la pregunta: "De acuerdo con la situación anterior. ¿Cuál es la acción que se debe realizar para establecer un proyecto de vida sano, seguro y acorde con su contexto?"
El doctor Guerrero considera que la pregunta contraviene los lineamientos de la propia Supervisión Escolar que recomienda, para preservar la seguridad y respetar los derechos humanos, "no tener injerencia directa en la situación personal de los alumnos".
Además, explica, esa no es una competencia del evaluado, sino de la autoridad escolar: "La responsable de enfrentar esa problemática es la Supervisión Escolar, no el docente".
"No tiene caso revisar las respuestas porque son igual de absurdas", dice el experto.
En otras preguntas se pone a prueba la capacidad memorística de los maestros, pero no su capacidad analítica o metodológica.
Este tipo de preguntas —sostiene Guerrero— examina el dominio de aspectos legales en los cuales los maestros no reciben capacitación, y solo existen circulares escuetas de difusión, que no impactan en la llamada "calidad educativa" que pretende la reforma educativa en marcha.
Otra forma engañosa de interrogar es la siguiente: "Según el Art. 4º y 5º de los Lineamientos de Organización y Funcionamiento de CTE, ¿Cuál de las siguientes situaciones corresponde a lo correcto?".
Trampas y zancadillas
La evaluación "parece ser una suerte de concurso de zancadillas a los profesores, que no pretenden validar los saberes reales necesarios en su praxis, sino que se aboca a indagar aspectos meramente teóricos, en su mayoría competen a los directores".
Se trata de un instrumento estandarizado, sin distinción entre las disciplinas y especialidades: "no importa si son docentes de biología, física o matemáticas".
El magisterio que se opone a su implementación tiene motivos para calificarlo como una "evaluación punitiva", prosigue Guerrero, "toda vez que sentencia al maestro a una suerte de 'cuerda floja' que pone en riesgo la permanencia en su trabajo".
Presenta también situaciones hipotéticas, como problemas de seguridad y deserción escolar, "pero los docentes no reciben capacitación de autoridades, de Protección Civil, ni de la policía municipal, ni de los bomberos, nunca han capacitado al personal de la institución en la que he laborado por 14 años".
La llamada "Evaluación Docente" agregan otras dos etapas problemáticas: la primera pide al maestro evaluar al director de su centro de trabajo en el "cumplimiento de responsabilidades".
Finalmente, se pide a los maestros diseñar un ejemplo de "planeación argumentada para mejorar la calidad educativa", acompañada de evidencias.
Este pasaje "obliga a formular un conjunto de elementos propios de un sistema completo".
Con este reto, más bien se coloca al maestro "en el ojo del huracán", dice Guerrero.
Y lo peor: "podría conducir a justificar su criminalización social, señalado como único responsable las graves y muy agudas deficiencias de la sociedad mexicana", puntualiza en académico.