El centro penitenciario tiene una capacidad de 200 personas y aloja no solo al colectivo GBT, sino también a presidiarios vulnerables —ancianos y personas con dificultades motrices—. Según Helio Leitao, secretario de Justicia y Ciudadanía de Brasil, la idea es realizar "una experiencia pionera, un esfuerzo por humanizar el sistema penitenciario".
Actualmente, 150 personas de las categorías ya mencionadas se encuentran en el nuevo centro penitenciario, que recibió el nombre de la hermana Imelda Lima Pontes. La principal razón detrás de la aparición de esta prisión es el hecho de que los convictos GBT con frecuencia son víctimas de la violencia, el abuso y los prejuicios por parte de otros presos.
"El país se está movilizando contra la homofobia. Otros estados de Brasil, como Minas Gerais, Río Grande del Sur y Paraíba también están trabajando para garantizar mejoras a la población carcelaria LGBT", añadió Leitao.