Paz en Colombia: "si la última parte no se acuerda, todo va a ser papel mojado"

En la recta final del proceso de paz entre el gobierno y las FARC, cuando se discute la fecha del cese al fuego bilateral y definitivo, quedan puntos decisivos por definir, señaló el senador Iván Cepeda del Polo Democrático Alternativo al programa GPS Internacional.

Para Cepeda, "como en todos los puntos de negociación y conversación, hay discrepancias que tienen que ver con cuál es el momento en que tienen lugar los hechos de finalización del conflicto armado, de aplicación de los acuerdos, de concentración de la guerrilla y dejación de armas. Hay pasos definidos que tendrán que darse. Uno de ellos es el cese bilateral y definitivo de fuegos y hostilidades. También el proceso de refrendación que se hará mediante el voto ciudadano en las urnas. Y todo lo que tiene que ver con el comienzo de la aplicación de los acuerdos. En qué momento ocurrirá todo esto es parte de lo que se está discutiendo", afirmó en el programa radial.

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Además de la fecha, hay otras cosas en juego. De acuerdo con lo firmado en La Habana, la guerrilla va a entregar en 90 días el 30% de su arsenal, otro 30% en 120 días y el 40% en 150 días. Se pronostica que en 180 días todo el arsenal será entregado. Este material va a ser destruido y utilizado en la construcción de tres monumentos.

"Es parte del acuerdo al que han llegado las partes. La guerrilla va a dejar las armas en un proceso paulatino y al final de ese proceso Naciones Unidas convertirá esas armas en monumentos que serán emplazados en distintas ciudades de Colombia y el mundo", afirmó el senador.

A raíz de estos hechos, Colombia comenzó un proceso de debate intenso. Hay argumentos a favor y en contra del tratado. "El sector encabezado por el expresidente Álvaro Uribe quiere convencer a la población de que es mejor no optar por los acuerdos. Los ciudadanos deben tomar una decisión clara entre buscar un futuro en que se rompa un ciclo de más de medio siglo de violencia, o continuar con esa situación en Colombia", dijo en GPS Internacional el economista uruguayo Antonio Elías, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA), creada en 2005.

La solución política al conflicto armado trae consigo grandes desafíos. "¿Cómo se garantiza la vida y la inserción social, económica y política de todos estos guerrilleros y de 9.000 presos políticos que hay en Colombia, 2.700 de las FARC? ¿Cómo evitar que todas las fuerzas paramilitares, la violencia permanente contra los sectores sociales en discrepancia, o que las bases de EEUU instaladas en Colombia no jueguen algún papel desestabilizador de la paz si lo creyeran conveniente?", expresó Elías, quien además es miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH), un movimiento contra toda forma de dominación iniciado en Caracas en 2004.

Los problemas no están solo ligados a la seguridad. "Otro tema importante es que cuatro millones y medio de colombianos voten a favor de un plebiscito. Hay una campaña del uribismo para sacar lo negativo. Hay discrepancias en Colombia sobre esta alternativa de paz. Esto pone en duda el resultado de un acuerdo que lleva cuatro años de negociación, que cuenta con el apoyo de 45 países y de Naciones Unidas, que estuvo el Secretario General de la ONU para firmarlo. Ahora depende de una decisión electoral", dijo Elías y destacó que los acuerdos no alcanzan cuestiones centrales como el funcionamiento general de la economía, la política y lo social, entre otros temas.

— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 4 августа 2016 г.

​A esto hay que agregar la situación regional. "Estamos ante un momento de debilitación del bloque progresista. Temer en Brasil, Macri en Argentina. Todo eso no es lo mismo que podía haber sido con el Gobierno de Dilma Rousseff o de Cristina Fernández de Kirchner. Hay que rodear del mayor apoyo al proceso de paz para que se cumpla de manera adecuada. Como dicen las FARC: todo está acordado o nada está acordado. Si esta última parte no se acuerda, todo lo demás va a ser papel mojado", concluyó el economista.