Según explicó el comité Río 2016 en un comunicado una inspección de rutina detectó una mochila abandonada en el primer piso del pabellón, así que "siguiendo los protocolos de seguridad" el público quedó esperando fuera del recinto mientras los especialistas preparaban el dispositivo para eliminar el objeto.
Tras un examen preliminar los especialistas autorizaron el inicio del partido y la presencia de periodistas dentro del recinto, aunque el público siguió fuera porque la mochila estaba cerca de uno de los accesos por los que los espectadores acceden a las gradas.
Alrededor de las 19 horas se procedió a la explosión controlada de la mochila, que finalmente contenía un ordenador, un par de calcetines y una chaqueta. Después de la detonación se permitió la entrada del público, con el partido ya empezado.