"Les echaban vidrios a las comidas de los soldados, eran amarrados permanente en cambuches (viviendas precarias) donde solo se les permitía salir para hacer sus necesidades fisiológicas. Sufrían castigos, los cuales consistían, entre otros, en despojarlos de la posibilidad de bañarse por varios días o no se les suministraban los elementos de aseo personal", indica el fallo, de acuerdo con el diario El Espectador.
El ataque se produjo en agosto de 1998 en una estación policial en el municipio de Miraflores (Caquetá, suroriente) y afectó a un total de 129 miembros de ese cuerpo.
Según el fallo, los policías que fueron secuestrados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) resultaron ser víctimas de torturas por sus captores durante años, y esos tratos denigrantes afectaron tanto a los uniformados como a sus familias, que por largos periodos de tiempo no tuvieron pruebas de sobrevivencia.
"Nos amarraban con unas cabuyas (lazos) de los brazos y cuello a los árboles (…) nos hicieron un campo de concentración, estaba hecho de alambre de púa, malla y madera", señala otro apartado del fallo, el cual muestra los testimonios de los uniformados acerca de su secuestro.
Así mismo, conmina a ese grupo guerrillero a que explique a toda la comunidad nacional "los hechos constitutivos del uso de armas no convencionales y el secuestro y sometimiento a tratos crueles, inhumanos y violatorios de la dignidad humana de los soldados demandantes secuestrados".
El Gobierno colombiano mantiene diálogos de paz con las FARC en La Habana, Cuba, desde noviembre de 2012 con el objetivo de lograr un armisticio que ponga fin a un conflicto armado interno de más de medio siglo de existencia, el cual deja 7,8 millones de damnificados y más de 220.000 muertos, según reportes oficiales.