En un mapa del subcontinente americano aparecen pintados de verde México, junto con los países de Centroamérica y el Caribe –excepto Honduras y Panamá– con un "crecimiento positivo arriba del promedio histórico".
En contraste, la región sudamericana aparece en rojo en el mapa arrastrada por Brasil, que retrocederá –3,6 por ciento por segundo año consecutivo, y el gigante latinoamericano, junto con Venezuela, Argentina y Ecuador en el mismo color de la recesión, en la página 28 de las 138 del documento titulado "Perspectivas económicas: las Américas, administrando transiciones y riesgos".
Sin embargo, la proyección apunta a una expectativa positiva para 2017, cuando Brasil se estabilice –con un estancamiento económico de 0,0 por ciento, afuera de la zona roja– frente a un 2,6 y un 4,4 de avance en México el Caribe, según el organismo internacional.
México despega
El crecimiento de la economía mexicana se acelerará en los próximos años, para llegar a niveles de 3,1 por ciento hacia el 2021, dijo al presentar el balance estimó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner.
No obstante, ese avance es menor al 5 por ciento, prometido por el presidente Enrique Peña, al abrir el monopolio de más de siete décadas del sector energético a la inversión extranjera.
Estas estimaciones se presentan en un marco de bajos precios del petróleo, que harán "claramente más lentos" los resultados de las reformas económicas de México, dijo Werner.
"Nosotros estamos viendo el PIB de México, el crecimiento se irá acelerando hacia un nivel de 3,0 por ciento, para el año 2021 estamos anticipando un crecimiento de alrededor del 3,1 por ciento"; y a implementación de las reformas el gobierno mexicano "lo está haciendo de manera correcta", dijo el funcionario del FMI.
El punto crítico de México está en su deuda pública federal: en cinco años se ha incrementado del 42 al 51 por ciento del PIB.
Las diferencias en cuanto a crecimiento económico responden a las disímiles influencias provenientes de factores externos e internos.
La recuperación actualmente en curso en EEUU continúa respaldando la actividad en México, América Central y el Caribe, pero "la desaceleración del sector manufacturero en China ha reducido la demanda de exportaciones provenientes Sudamérica".
Al mismo tiempo, las nuevas disminuciones de los precios de las materias primas se han sumado al shock acumulado en los términos de intercambio para los países exportadores de materias primas.
Un mundo en transición
América Latina está enfrentando "condiciones del mercado financiero más difíciles a nivel mundial, así como un menor crecimiento potencial y ajustes macroeconómicos complicados a nivel interno".
Las considerables depreciaciones de las monedas observadas en muchos países de América Latina durante estos últimos años "han ejercido presión al alza sobre la inflación, pero su impacto ha sido más moderado que en el pasado".
Las economías avanzadas continúan recuperándose en forma moderada y desigual: "en EEUU, la expansión económica, impulsada por el consumo, ha permitido el despegue de las tasas de interés, lo que constituye un primer paso hacia una normalización gradual de la política monetaria".
Pero la recuperación en otros países, especialmente en Japón y la zona del euro, sigue siendo frágil: "con una mayor expansión monetaria en Europa y Japón, las influencias de los principales bancos centrales sobre las condiciones financieras mundiales están divergiendo".
En cuanto a las economías de mercados emergentes, "el crecimiento sigue desacelerándose en forma generalizada, como resultado de un crecimiento más lento pero más sostenible en China, mientras continúan las tensiones en varias economías grandes que se encuentran en recesión", puntualiza el análisis.