Una regulación "impactará en el uso de las redes y la libertad de expresión de personas que no son criminales", dijo Pedro Vaca, director de la Flip, quien destacó que los medios de comunicación y esas aplicaciones no son armas en sí mismas.
En diálogo con la emisora Blu Radio, Vaca señaló que "el llamado al ministro de Defensa antes de enfrentar el síntoma, que es el uso de redes sociales por parte de actores criminales, es enfrentar la enfermedad, que es la existencia de actores armados en Colombia".
El director de la principal ONG de defensa de los periodistas en Colombia precisó que hay preocupación por parte de la fundación de que la iniciativa sea acogida y se restrinja así un espacio que ha servido para la ampliación democrática, como han sido Internet y las redes sociales.
El martes, en el marco de una conferencia entre ministros del Gobierno colombiano sobre el estado de la Nación, promovida por la Universidad del Rosario en Bogotá, Villegas declaró que se debe abrir "un debate mundial sobre redes sociales" como un medio de comunicación virtual y no como un arma de guerra al servicio del crimen.
"En el mal llamado 'paro armado' de los Úsuga (la banda criminal más grande del país), lo que pasó fue la comisión de hechos criminales menores en número y en gravedad, pero que con el uso masivo del Facebook, Twitter e Instagram atemorizaron a la gente en lugares donde la violencia ha dominado muchos años", señaló el ministro.
Villegas agregó que "el mundo no sabe cómo enfrentar eso", y que las redes sociales son "una nueva arma de guerra y de terror", lo que generó malestar entre usuarios de las mismas.
La postura de Villegas se dio luego de que el denominado Clan Úsuga, nacido tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (paramilitares) en 2006, utilizó las redes sociales los pasados 31 de marzo y 1 de abril para amedrentar a los pobladores de seis departamentos del norte y noroeste del país con un paro armado que dejó cuatro policías y un civil muertos.
Aunque la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), así como algunas ONG, entre ellas Justice for Colombia, sostienen que el paramilitarismo aún existe en el país y pone en riesgo el proceso de paz que se adelanta con la insurgencia, el Gobierno señala lo contrario, y asegura que se trata de estructuras del crimen organizado a favor del narcotráfico, por lo que no se les puede denominar grupos paramilitares.
Recientemente el Clan Úsuga ha empezado a denominarse a sí mismo como Autodefensas Gaitanistas de Colombia.