Lo realmente paradójico del dato aportado por el Banco Central es que, en teoría, la enorme revalorización en 2015 del dólar norteamericano sobre el real brasileño, en torno a un 48 por ciento, así como la pérdida del grado de inversión de la deuda soberana de Brasil debería haber provocado el efecto contrario.
Sin embargo, los especialistas del mayor organismo financiero del país apuntaron que, en gran medida, el saneamiento del flujo cambial en Brasil se debió a la notable caída del volumen de importaciones que estuvo relacionada directamente con la caída de consumo de una población con una renta cada vez menor y asediada por una inflación que alcanzó el 10,8 por ciento.
En este sentido, los 9.410 millones de dólares atraídos se produjeron gracias a que las exportaciones de productos elaborados brasileños (soja, hierro, carne, café y azúcar) produjeron un saldo favorable de 25.480 millones de dólares sobre las importaciones, lo que resultó suficiente para compensar la pérdida de 16.070 millones de dólares en las cuentas financieras.
Las expectativas del Banco Central para este 2016 apuntan a que el dólar norteamericano alcanzará un valor aproximado de 4,2 reales brasileños, una cifra que el mercado privado sitúa en los 5 reales, lo que producirá una nueva salida de los capitales extranjeros en el país que además estará acompañada de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y la previsible rebaja de la nota del crédito de Brasil por parte de la agencia calificadora Moody´s.