Esos cambios también pasan por "modificar algunas relaciones internacionales como las que hoy se tienen con Rusia y otros países", añadió.
En opinión del analista, el nuevo contexto interno venezolano permite avizorar "un plan de retirada lento de esos escenarios internacionales, de esas alianzas que (Caracas) mantiene con el Caribe, con Rusia y con otras naciones como Irán".
Así, los vínculos estrechos con Moscú pasarían a ser cuestión del pasado, pues también incidirá en ellos la creciente debilidad de la economía venezolana, estimó Restrepo.
"Rusia debe dejar de ver a Venezuela como su gran comprador de armas en América Latina, no solamente porque se ha visto minado de manera fuerte el poder del Gobierno, sino porque económicamente ya no tiene esa capacidad de compra que alguna vez tuvo", observó.
"Venezuela es solamente otro jugador, un aliado simpático de otra región del mundo, pero ciertamente la tensión de Rusia está en otras discusiones", dijo Prieto a Sputnik Nóvosti.
Para Prieto, América Latina es una región distante de la toma de decisiones ante una prioridad como la lucha contra el terrorismo, por lo que los cambios que sucedan dentro de un Gobierno como el de Venezuela pasan a ser algo "secundario".
"El impacto que tenga Venezuela en la economía china, las relaciones comerciales y militares con Rusia o los intereses que mantenga con Irán pasan a un segundo plano en un contexto como el actual", dijo Prieto.
"Aunque los aliados siempre son aliados, la realidad demuestra que desmontar las alianzas que potencias como Rusia o China puedan tener con Venezuela no les significará un costo muy alto, ya que, si bien positivas, no son de gran trascendencia", concluyó.
Venezuela y Rusia mantienen relaciones diplomáticas desde hace 70 años, que se hicieron mucho más estrechas desde que el chavismo llegó al poder, en 1999, y que se expresan en negocios petroleros y acuerdos en materia militar, aeroespacial, turística y cultural.