“La violencia criminal sigue siendo uno de los principales problemas de Guatemala, sin embargo, ahora la población muestra una mayor inquietud por la corrupción”, explicó Balcells, economista y director del área de economía de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Guatemala.
Guatemala sufrió un conflicto armado interno de 36 años (1960-1996) entre el ejército y varios grupos guerrilleros de extracción indígena, cuya principal causa fue la lucha por la tierra en un contexto de Guerra Fría.
Cuando culminó, con los Acuerdos de Paz de 1996, había dejado 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 100.000 desplazados, según cifras de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico establecida a instancias de las Naciones Unidas.
Ese conflicto “desarticuló al sector social”, indicó Balcells.
Pobreza sin erradicar
La pobreza afecta a 70 por ciento de los 16 millones de habitantes, según el informe de 2013 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) “Panorama social de América Latina”, que mide indicadores como protección social, estándar de vida y privación de vivienda.
Durante el Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015) “se desarticularon muchas redes en términos de gasto social”, agregó.
La contracción de la economía latinoamericana, que la Cepal situó en 0,3 por ciento para este año debido a los problemas que enfrentarán los países con un comercio fuertemente ligado a China, “es una realidad que también afecta a Guatemala”.
“Los precios de sus commodities (materias primas) están cayendo en los mercados internacionales al igual que para otros países latinoamericanos. Se viene una época de ciertos problemas en materia de comercio internacional”, advirtió Balcells.
Balcells lamentó la influencia que han tenido en Guatemala “las doctrinas de EEUU y los experimentos de organismos como el Banco Mundial”, que con sus reformas monetarias y de ajuste estructural de los años 90 “contribuyeron a la desarticulación del sector público”.
“EEUU apostó por la privatización de servicios como la educación y la sanidad. Lo público ha perdido mucha fuerza. Guatemala necesita reconvertirse y por ello hay una lucha social muy fuerte por parte de los movimientos indígenas y de las mujeres”, entre otros sectores, explicó.
En ese sentido, destacó logros como el encarcelamiento de Pérez Molina y de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti tras ser acusados de asociación ilícita y cohecho pasivo, entre otros delitos, en el caso de defraudación aduanera conocido como La Línea.
El caso ha generado expectativas puesto que es el primero en el que aparecen pruebas fehacientes sobre corrupción política.
“El Gobierno de Pérez Molina ha sido pésimo, improvisó con equipos poco capacitados; han sido cuatro años muy trágicos para la administración guatemalteca. Lo positivo es que ahora la ciudadanía reclama una rendición de cuentas y hay un mejor monitoreo”, manifestó Balcells.
Un país multiétnico
Guatemala es un país multiétnico donde se hablan 22 idiomas (20 mayas, el xinca y el garífuna).
Al norte comparte frontera con México, al este con Belice y al sur con Honduras y El Salvador.
Tanto adultos como niños que viajan solos huyendo de Guatemala deben cruzar de sur a norte el extenso territorio mexicano para llegar a Estados Unidos poniendo en riesgo su vida.
Las cifras de deportaciones desde México y EEUU a Guatemala en el primer semestre de este año permiten confirmar que cada hora dos niños guatemaltecos huyen solos de su país, recordó días atrás a Sputnik Nóvosti el especialista en protección de la niñez de Unicef, Justo Solórzano.
En este contexto, Guatemala celebrará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales este domingo y deberá elegir entre el comediante derechista Jimmy Morales y la centroizquierdista Sandra Torres.