El jefe de la diplomacia mexicana durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) relata que antes de la primera fuga del capo del Cartel de Sinaloa, en enero de 2001, se quedó esperando los documentos para firmar la extradición a EEUU.
"A mí no me llegaron los papeles para firmar su extradición, pero los hubiera firmado", dijo Castañeda, autor de dos libros muy críticos de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el expresidente Felipe Calderón, que ha costado unas 100.000 vidas y 23.000 desaparecidos.
El diplomático, quien participa como presidente del Consejo Estratégico Franco-Mexicano en las fiestas nacionales de Francia, en el marco de una visita de Estado del presiente mexicano, expuso desde París la posibilidad de que el principal traficante de cocaína de Sudamérica hacia EEUU haya precipitado su fuga al sentirse a punto de ser sometido a una extradición.
"No sabemos si esa posibilidad pudo ser factor para escapar por un túnel que ya tenía preparado", planteó su hipótesis el coautor de "La Guerra Fallida", y "Los Saldos del Narco".
Cuando el Chapo fue apresado en febrero del año pasado 2014, con el apoyo de los servicios de inteligencia de Washington, el periodista León Krauze de la cadena Univisión preguntó a Peña si era conveniente extraditarlo a EEUU.
La repuesta fue tajante: "El Chapo no podrá escaparse una segunda vez, sería imperdonable", reviró el mandatario.
El ex Procurador General Jesús Murillo también respondió que México podría extraditar al ex número uno de la listas de los hombres más buscados de EEUU –después de Osama Bin Laden-; pero "en 300 o 400 años".
En cambio, otro ex alto funcionario de la Presidencia de Fox, dijo a Sputnik Nóvosti —bajo condición de anonimato-, que "todas las veces que se tocó el tema de las extradiciones de capos en Los Pinos (residencia presidencial), Fox planteó que había que extraditarlos; porque el Estado mexicano carece de instituciones y de capacidad logística capaces de resistir el poder corruptor del narcotráfico".
Fox, quien derrotó por primera vez al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña en el año 2000, en la primera alternancia en el poder de México en 71 años, puso en marcha procesos de extradición de capos del crimen organizado "convencido de la política de extradiciones que podría generar repuestas violentas", dijo la fuente.
En el caso de la segunda captura del elusivo capo, en 2014, Barack Obama solicitó la extradición de manera automática: "pero después de la negativa de Peña Nieto a extraditar al Chapo no existen indicios de que Obama haya insistido", puntualizó en el ex alto funcionario de la Presidencia.
La decisión de Peña de cumplir con la vista de Estado a Francia durante las fiestas nacionales de 14 de Julio en pleno escándalo de la fuga del Chapo fue correcta según el ex canciller mexicano.
Castañeda considera que al presidente Peña "le gustan mucho las visitas de Estado, que en el fondo no tienen la menor importancia".
Lo realmente importante es "restaurar la relaciones seriamente dañadas por el gobierno de Felipe Calderón", sobre todo por el caso de la francesa Florence Cassez, acusada de secuestradora; pero cuyo proceso incluyó violaciones a los DDHH que terminaron en su liberación años después.
El reto de Peña es sencillo e improbable: "la recaptura del Chapo, pero es algo incierto", define.
La crisis del sistema penitenciario y de seguridad nacional "no se da en el vacío, sino en el contexto de las masacres de Ayotzinapa, de Tlatlaya, del escándalo de la "Casa Blanca de la esposa del presidente (comprada a un contratista del Gobierno), de las casa de campo de sus colaboradores (…), del tren chino cancelado, en fin de una corrupción generalizada".
Sin embargo, esperar soluciones totales del Gobierno —dice Castañeda-, "es una tontería, porque no existen panaceas, sino descrédito, escepticismo y cinismo ante la impunidad, en la dramática ausencia de Estado de Derecho".